El Encinar vuelve a cantar a la Virgen Niña y a San Isidro
Los vecinos de este rincón de Fuensanta de Martos regresan a su ermita para la romería

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La devoción por una imagen no es solo un asunto espiritual. Casi siempre, los lazos familiares y las tradiciones encuentran su trascendencia en la continuidad. Quizá porque así logran superar a la propia muerte, como hizo Cristo hará más de dos mil años. Los vecinos de Los Encinares, en Fuensanta de Martos, llevan casi cinco décadas procesionando el primero de mayo desde la Ermita del Encinar. Una tradición que comenzó en 1977. Aunque el número de asistentes ha ido disminuyendo con el paso de los años, como admiten algunos de sus fieles, ahora se ha convertido en un ritual casi familiar, y no faltan jóvenes entre sus filas. Todos ellos se iniciaron en esta hermandad cuando apenas tenían uso de razón, desde niños, siguiendo los pasos de sus padres y, sobre todo, de sus abuelos. Así lo recuerda Sara Cabrera Torres, una joven de 19 años que vive el primer Día de San Isidro sin su abuela María, recientemente fallecida. Ella nació en Fuensanta y fue quien la llevó de la mano a esta ermita por primera vez. “Ella, con mi abuelo Antonio, era la que llevaba las riendas”, afirma. “Aquí casi todos somos familia. Esto no se puede perder, vendrán mis hijos y mis nietos”.
La juventud no es una barrera para vivir este tipo de experiencias profundamente. Es un acto que tiene que ver con el amor y con la fe, dones que pueden adquirirse a muy temprana edad. Para Sara, el 1 de mayo le inspira “un sentimiento muy especial”. Esperan todo el año para disfrutar de un día “de fiesta”, y de alegría “para celebrar con los seres queridos”. Manuel Peña es natural de Martos, y reconoce que lleva sacando a hombros a San Isidro desde que empezó a salir con su mujer, Paqui, “hace ya mucho tiempo”. Tan especial es este momento, que no logra articular todas las palabras y la emoción lo interrumpe. Paqui toma el relevo y cuenta que fue aquí , en esta Ermita, donde se casaron. A aquel momento feliz le siguieron muchos otros. Su hijo Manuel es presidente fundador de la banda que acompaña a la Virgen Niña y a San Isidro. Este año, Paqui ha devuelto un fragmento de esa felicidad donando un elaborado cuadro de la Virgen hecho a mano.