Diversión y devoción por San Isidro en La Bobadilla
Una jornada de encuentro vecinal llena de color, tradiciones y fraternidad

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El color y la alegría presidieron el día grande de las fiestas en honor a San Isidro Labrador de La Bobadilla. Los vecinos de esta Entidad Local Autónoma jiennense vivieron intensamente una jornada de procesión la que, además, acompañó un clima agradable, con un sol de mayo que permaneció brillante durante la mayor parte del día. A las 10:30 horas tuvo lugar la correspondiente reunión en la casa de la Hermana Mayor de la Cofradía de San Isidro Labrador para dirigir la comitiva a la parroquia y dar comienzo al caminar de la Hermandad. A las 11:00 se llevó a cabo, como cada año, la entronización de San Isidro Labrador en la carreta, que estuvo siempre guiada por el bueyero Rafael Santos. El patrón de La Bobadilla recorrió la calle Iglesia hasta llegar a la plaza Autonomía Andaluza, donde lo esperaban, para unirse a la procesión, distintos cabalistas y carrozas. A partir de este punto, los vecinos continuaron su paso por la calle San Vicente, siguiendo por la carretera hasta dar con la entrada al cementerio. Allí, el párroco y director espiritual de la hermandad, Manuel Carmona Bueno, se detuvo unos instantes para honrar a los difuntos. La Hermandad de San Isidro colocó además en la verja un ramo de flores.
Posteriormente, la comitiva hizo un alto en el Merendero Cortijo Micaela, un emplazamiento natural con bancos de piedra en el que se realizó el rezo del ángelus. Todo el pueblo aprovechó esta parada, que se prolongó durante una media hora, para disfrutar de algunas bebidas y animada conversación. Retomado el camino, la procesión se dirigió finalmente al recinto ferial, en la Fuente San Isidro Labrador, donde se levantan las casetas. Allí tuvo lugar la bendición del campo y la imposición de medallas a los nuevos hermanos de la cofradía, todo ello a cargo del párroco, de quien se anunció que sería, tras más de treinta años de labor espiritual en el pueblo, el pregón de las fiestas del año que viene. Los vivas a San Isidro y a la Hermana Mayor se escucharon durante todo el camino, y con más fuerza cuando la imagen del patrón ocupó finalmente su lugar en la ermita.
“Lo que siento por esta Hermandad de San Isidro es algo inexplicable. Soy de los veteranos, y este año he sido nombrado miembro de honor”, confesó Francisco Trillo. Lola Latorre compartió que es algo precioso y que hay que vivir: “Invito a mis amigos y lo pasan fenomenal. Esta Hermandad es como una familia”. “Llevo en esta cofradía desde que tenía cinco años. Mi hija se hace hermana hoy. Es un honor y un orgullo. Le tenemos cariño a San Isidro”, afirmó Jesús Peña. María José Aranda procesiona con San Isidro desde que tiene uso de razón, tradición que prosigue su hijo pequeño: “Me gusta mucho porque es un día de encuentro”. “Siento mucha satisfacción de ser la Hermana Mayor este año. Lo vivimos con mucha fe por San Isidro, y viene más gente cada año para disfrutarlo”, manifestó Pilar Luque, Hermana Mayor de la cofradía.