Las dificultades no son eternas

19 abr 2020 / 13:39 H.

Cuando pasen algunos años, estoy seguro que varios lustros, y tengamos la oportunidad de consultar en la hemeroteca del Diario JAÉN a través de internet, y las noticias que se publicaron con motivo de la pandemia mundial por el Covid-19, pensaremos que cualquier tiempo pasado no fue mejor. Este breve artículo pretende ser una humilde descripción de cómo un alcalde de la provincia de Jaén, podía ser cualquiera, ha enfrentado unos de los días más difíciles de su mandato, porque cuando se habla de salud, lo demás queda postergado.

Recuerdo los primeros días de confinamiento, nervioso, angustiado pero con la certidumbre de saber que ésta ni ninguna otra dificultad nos podrá sobrepasar. Han sido y son días difíciles, de incertidumbre, como imagino que para el resto de la población. Los primeros días cumpliendo con mis obligaciones desde el despacho de casa y ahora desde el institucional intentando dirigir todas las tareas municipales en coordinación con funcionarios, trabajadores, Policía Local, etc.

Las decisiones de los primeros momentos fueron más bien guiadas por la propia intuición, incluso, por qué no reconocerlo, por impulso, eso sí, en concertación y sintonía con algunos alcaldes de la comarca de la Campiña de Jaén. Era la primera vez que como máximos responsables municipales nos enfrentábamos a ello y enseguida pusimos en marcha nuestra maquinaria local con la organización de la desinfección en calles, la atención vía telemática de nuestros vecinos, el impulso de medidas rápidas de carácter social para los ciudadanos más vulnerables y la alegría de ver como unos de los cuerpos de voluntarios más importantes de la historia de la sociedad civil de nuestro país, Protección Civil, se preparaban para prestar un servicio que a día de hoy es fundamental para la ayuda y protección de nuestros vecinos.

A lo largo de todos estos días, las reuniones presenciales se han sustituido por la recepción de multitud de correos electrónicos con información e instrucciones, reuniones por videoconferencia y un sinfín de llamadas en las que hemos prestado ayuda y dado aliento y ánimo a empresarios y ciudadanos en general angustiados por esta situación.

Estoy seguro que quedará en el recuerdo de todos los arjoneros, cómo el ejército de tierra, concretamente los soldados de la Brigada “Guzmán el Bueno” X o los de la Unidad Militar de Emergencias pisaban, por primera vez, las calles de nuestra ciudad, después de más de 30 años. Y con qué profesionalidad, respeto y eficacia están prestando este servicio para la sociedad.

En estos desapacibles momentos, me alegra saber que Arjona sigue siendo la ciudad solidaria que siempre he conocido y de la que me siento profundamente orgulloso. Son multitud de iniciativas las que ha contribuido en el municipio a la elaboración y compra de material sanitario a cuyos impulsores quiero darles las gracias.

Me gustaría poner de manifiesto cómo en los distintos medios de comunicación se ha puesto el foco, entre otras, en las críticas hacia la gestión de las Residencias de Mayores. Quizás haya en las que no se ha actuado de forma precisa, pero estoy seguro que en la mayoría de ellas sí se ha intervenido correctamente. Los trabajadores de las residencias de mayores están al pie del cañón, también exponiéndose, cuidando día a día a sus usuario, en definitiva, a su familia, personas mayores que no entienden lo que está pasando, que esperan la visita de sus familias cuanto antes y a las que les debemos tanto como sociedad. Por ellos, vaya mi respeto y consideración. Sé el gran trabajo que están realizando.

El día después no me inquieta en exceso porque creo en el potencial y valentía de los ciudadanos y porque vendrá cargado de medidas a nivel municipal que complementarán las que ya se han puesto en marcha por parte del Gobierno de España y las que estoy seguro que pondrán encima de la mesa todas y cada una de las administraciones públicas territoriales.

Echo de menos la cercanía de mi familia y amigos y tengo un deseo personal, el que puedan abrazar a mi primera hija dentro de un mes. Este gesto será el que, al cumplirse, supondrá la vuelta a la tan ansiada normalidad que todos estamos esperando. Nunca hay que perder la esperanza. Las dificultades nos hacen más fuertes y no duran para siempre.