Pedro Garrido: “Solo las cosas más pequeñas nos llenan”
El escritor jiennense crea su primera obra poética tras lanzar dos thrillers de éxito

LA ENTREVISTA
Pedro Garrido combina su labor como profesor de educación primaria con su pasión por la escritura. Este autor jiennense de 36 años tiene en su haber dos novelas publicadas: “La llave de la historia perdida” y “La andaluza errante”. La primera, ambientada en Jaén, la segunda, en Sevilla. Ahora se lanza a la prosa poética para publicar “El latido de lo invisible”, un libro donde ha intentado lograr reflejar, a través de la palabra, aquellas pequeñas cosas casi imperceptibles o invisibles de la vida. No es la primera vez que maneja la lírica, pues también compone carnavales para una comparsa.
—Es su primera obra poética, pero ya tiene tablas en este género, nunca mejor dicho.
—Sí, y a decir verdad, es con lo que empecé. Cuando todavía vivía en Jaén me aficioné mucho al carnaval de Cádiz. Y pasa como con el fútbol: cuando ves jugar a Messi, quieres ser como él. Así que empecé a escribir carnaval para una chirigota en Jamilena. Después me vine a Sevilla y me metí en una comparsa. Ya tenían a un autor, y hablando con él sobre escribir una novela, me dijo que cogiese un hecho real para basarme en él. A partir de ahí construí la primera, durante el confinamiento. Tuvo mucho éxito y escribí la segunda parte.
—A partir de ahí, ¿cómo decidió cambiar a la prosa poética?
—Desde el año 2022, mi vida ha cambiado mucho. Me casé y tuve una niña. Este tipo de novelas policíacas son muy divertidas de escribir, pero ocupan mucho tiempo. Sigo escribiendo la tercera, pero voy poco a poco, y he ido publicando relatos y reflexiones en redes. La gente me decía que los recopilase, y se me ocurrió que era buena idea.
—¿Qué puede contar de ellos?
—Son textos escritos en prosa poética que me han ido surgiendo poco a poco. Está dividido en capítulos, lleva ese título por lo invisibles que se antojan aquellas cosas que, aunque aparentemente pequeñas, imperceptibles, llenan de sentido la vida. Cada capítulo trata de un aspecto que ha influido en mi vida: el nacimiento de mi hija, el amor en todas sus vertientes, y la pasión por mi trabajo.
—Hay referencias a Jaén en el libro. ¿Por qué?
—Una de esas vertientes del amor que trato en el libro es el amor terrenal, es decir, a tu lugar de origen o a tus espacios físicos más queridos. La fundamental, lógicamente, es Jaén. Echo mucho de menos la capital, que es donde nací y crecí, mi pueblo, Jamilena, donde veraneaba. También tengo pasión por Cádiz, lugar al que voy todos los años, y no sólo por los carnavales.
—¿Su tierra ha marcado su obra literaria más de lo que pensaba al empezar?
—Sí. A mí me ha pasado con Jaén lo que sucede con el arte: lo aprecias mucho mejor cuando lo miras desde lejos. Jaén es única.