José Armenteros Quero y las grandes historias que toda familia tiene que contar
Cartas, fotografías y una gran documentación componen un homenaje a dos personas muy queridas en la capital

LA ENTREVISTA
Conchita Quero y Manuel Armenteros se conocieron en el antiguo Hospital Psiquiátrico de San Juan de Dios. Ocurrió durante una representación teatral dedicada a los enfermos. Él era músico por vocación y funcionario por obligación. Ella era enfermera del Hospital y tuvo que exiliarse un tiempo con la llegada de Franco al poder. Ya no vive nadie para contar su historia, pero sus nueve hijos decidieron que era el momento de investigar entre todos los papeles que Conchita había atesorado en vida. El resultado: la exposición de un reportaje y un concierto homenaje.
—¿Quiénes eran sus padres, Conchita y Manuel?
—Eran personajes muy conocidos de Jaén, aunque ahora no se recuerda. Mi padre era compositor, y se habría dedicado a la música si en aquella época diese para vivir. Ella fue enfermera. Les tocó un momento difícil, mi madre tuvo un hermanastro sindicalista y la despidieron, tuvo que exiliarse. Luego pudo volver, y tuvieron suerte porque no hubo más represalias del régimen.
—¿Cómo surgió la idea de elaborar este reportaje?
—Somos nueve hermanos, y todos vivimos aún. Nos reunimos cada año, y mi hermana Maribel nos contó que encontró mucho material en la casa de nuestros padres cuando murieron. Mi madre Conchita había guardado gran cantidad de documentos. No tuvimos que investigar más allá, porque había información muy útil.
—¿Cuenta con algún testimonio de personas que les conocieron?
—Todos son testimonios indirectos, porque de su edad no vive casi nadie, y quienes sí los conocieron no están ya en condiciones. Pero tenemos nuestros propios recuerdos, y había cartas en los que se les valora y describe.
—Harán un concierto este mismo sábado a las 13:00 horas en la Biblioteca Provincial. ¿Cómo surgió la idea de interpretar las piezas musicales de vuestro padre?
—Fue algo que se le ocurrió a Luis Carlos, el más joven de los hermanos. Nos pareció muy bien y un grupo del Conservatorio las interpretarán. Todas las canciones estaban registradas, y han podido estudiarlas. Se han seleccionado tres instrumentos, porque hacerlo con todos era inviable. Finalmente serán una soprano, un pianista y una saxofonista.
—¿Alguno de los hermanos continuó el camino de Manuel y se ha dedicado a la música?
—La mayoría saben música, pero nunca se dedicaron profesionalmente. Mi padre no quiso enfocarnos hacia ese camino porque le parecía una vida penosa. Pero nuestra casa estaba impregnada de música, su banda ensayaba allí.
—¿Qué conclusión le queda?
—Que todas las familias tienen grandes historias que contar.