Los huertos familiares ya colman despensas
Diez familias explotan desde abril la mitad de las parcelas gracias a la iniciativa de la Fundación Huerta de San Antonio

Un proyecto que ya da “frutos”. La iniciativa de la Fundación Huerta de San Antonio para recuperar y explotar la tierra situada en la cornisa sur de Úbeda, en la zona de “Granadillo-Huerta Grande”, a través de la creación de unos huertos de ocio o familiares, ya está pleno funcionamiento y recoge unos resultados “muy positivos”.
Estas huertas, a tan solo dos minutos a pie desde la Fuente de la Saludeja, en la Redonda de Miradores, empezaron a explotarse en abril dentro de un primer ciclo que durará hasta este mismo septiembre. La parcela está dividida en veinte huertos de aproximadamente 45 metros cuadrados. Sin embargo, actualmente, solo la mitad son explotados por diez familias. Para el funcionamiento de las huertas, cada hortelano cuenta con una serie de plantas, herramientas y un sistema de riego compartido con el resto de parcelas. El objetivo de la fundación es volver a explotar una tierra en desuso desde hace años y, en especial, la recuperación y mantenimiento de un patrimonio inmaterial como son las huertas, necesarias en cualquier ciudad, más en el caso de Úbeda por su característico paisaje.
Con la aportación de una cuota de 60 mensuales a la Fundación, con una desgravación del 75%, cada familia se beneficia de los productos que cultiva en el huerto, si bien aseguran que el número de productos que recolectan es superior al esperado. El género que se explota en cada huerta varía, ya que son siempre productos de temporada. Además, la finca cuenta con un técnico de mantenimiento y asesoramiento diario para las familias.
Los promotores señalan que ya que se cumplen los objetivos marcados y que la tierra responde muy bien, por lo que animan a que, poco a poco, se unan más familias hasta completar el uso y explotación de los veinte huertos habilitados por el momento. La Fundación Huertas de San Antonio, de esta forma, hace una llamamiento para que todas las familias interesadas de la ciudad y alrededores se pongan en contacto con ellos para participar en esta original iniciativa.
“Si queremos un entorno con vida, hay que dedicarle tiempo de nuestra vida”, asegura Esteban Toral, uno de los hortelanos. Además, está seguro de que esta idea inicial se complementara en un futuro con otras actividades de formación o tratamiento de plantas terapéuticas, ya que es una tierra “con muchas posibilidades”.
Esta iniciativa se pone en marcha con parte de los beneficios obtenidos gracias a la generosidad de un ubetense ilustre, Antonio Muñoz Molina. La Fundación editó “La puerta de la infamia. Crónicas del Caso Marey” y ya se han vendido 595 ejemplares, beneficios son invertidos en estos huertos.