Primer pregón de la historia de las fiestas de El Ojuelo

Alfredo González recuerda el origen de la celebración en unas palabras cargadas de emoción y sentimiento

08 ago 2025 / 12:00 H.
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Alfredo González, nacido y residente en El Ojuelo, en Segura de la Sierra, dio ayer el pregón que daba comienzo a las fiestas de la aldea. Esta celebración, que comenzó el día anterior, se alargará hasta el domingo 10 con múltiples actividades para que los vecinos puedan disfrutar de la festividad de la Sagrada Familia. Esta fue la primera vez que un discurso da la apertura a este festejo, que tradicionalmente se hacía el primer fin de semana de agosto, pero que este año cambia de fecha. Con unas palabras que ya desde un principio se tornaban emotivas por su recordatorio a esa aldea que en la temporada estival se abre para recibir a los que vuelven y a los que la quieren visitar, Alfredo González hizo un recorrido por la historia de esta festividad. Todo empezaba en los años sesenta con una romería en el pico de El Yelmo para, en la década siguiente, transformarse en la celebración que se conoce ahora, informa María Cánovas.

Y todo, según sus propias palabras “por un grupo de jóvenes” que según comentó: “Se reunieron para realizar la primera colecta vecinal, montaron un escenario improvisado, levantaron una barra con ilusión y ... lograron sacar adelante la verbena”. También rememoró que en aquella época hubo un financiador que adelantaba el dinero para que la orquesta actuara. Después, pasó a recordar a Inocente Vizcaíno, vecino de la aldea fallecido y por el que, en homenaje, organizaron una matanza el pasado mes de diciembre. Tras esto, afirmó que la fiesta creció gracias al apoyo del Ayuntamiento de Segura de la Sierra y se abrió a la gente de la provincia.

Se incorporaron atracciones para todas las edades. Y se hacían concursos como el de bolos serranos que: “He comprobado que va creciendo y ya son varias las modalidades”, comentó. Continuó su viaje por los años ochenta en los que la verbena era una “auténtica marea humana, colmando la plaza de risas y canciones hasta bien entrada la madrugada”. O la piscina pública que congregaba a un gran grupo. Pero, como afirmó, todo se vino un poco abajo en los 2000 con la crisis económica, pero, mostró esperanza ante los tiempos presentes, pues según apreció: “Las fiestas se han reinventado, convirtiéndose en una fiesta familiar”. Para finalizar el discurso, González mencionó a la Sagrada Familia, devoción de este enclave de la Sierra de Segura. Reconoció a la Comisión de Festejos, a la Asociación de Vecinos, al Ayuntamiento y a los vecinos, e impulsó a los presentes a “dejar atrás la rutina ... y a disfrutar sin medida” y deseó unas felices fiestas.

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