Mujeres a los mandos de sus máquinas para coser equipos

Unidas contra la pandemia. Un grupo de WhatsApp y mujeres de diferentes municipios de la provincia que no se conocen, pero tienen en común su dominio de la costura y un mismo objetivo, crear EPI, es decir, monos para evitar el contagio de los sanitarios. Se trata de una iniciativa coordinada por Ana Torres, gracias también a la colaboración de la oenegé “Semilla de esperanza”, que se puso en contacto con una asociación de mujeres que están cosiendo. De la misma forma, Ismael Muñoz, de la empresa Urbasur; Antonio Cabeza de Ofiteat, y a Fulgencio Meseguer, de Software DelSol, han dejado sus vehículos y donado material, por lo que van a poder coser mil EPI para los héroes con bata de los hospitales de toda la provincia. Sin olvidar el apoyo de personas que prefieren mantener el anonimato, el de Cruz Roja y, por supuesto, el de las costureras.

En un principio, la labor se iba a desarrollar en Mengíbar, pero tras una serie de inconvenientes, las manos que protegerán a los sanitarios se encuentran en Arjona, Arjonilla, Bélmez de la Moraleda, Villanueva de la Reina, Arroyo del Ojanco y Andújar. Además, también cuentan con la colaboración de un médico que se encarga de la parte de distribución. “Mucha gente solidaria se está volcando en hacer mascarillas, pero lo que más falta hacen son estos monos que, además, son los que más protegen a los profesionales”, manifiesta María José Suárez, de Villanueva de la Reina, una de las costureras que está participando en el proyecto y que conocen bien las carencias en los hospitales, pues también es sanitaria. A pesar del agotamiento, cada rato que puede es para coser estos monos y su reto es montar 200 antes de que acabe el fin de semana. “Además de los patrones, a través del grupo les doy algunas indicaciones al resto de compañeras que cosen porque los EPI deben tener unas características especiales para que quepan y sean lo más cómodos posibles, el objetivo es ayudar, pues la sanidad lo necesita”, manifiesta Suárez, que conoció la iniciativa a través de una amiga y no dudó en unirse. Como ella, el resto de mujeres que se han puesto a trabajar con sus máquinas, demuestran que Jaén es una tierra solidaria.