Santa Lucía “vuelve a casa”
Remodelada la ermita de la imagen gracias a la colaboración de voluntarios
La ermita de Santa Lucía necesitaba ayuda desde el año 2008. El tejado no aguantó más y se derrumbó. El incidente dejó sin casa a la patrona de los ciegos y a las imágenes que la acompañaban en el pequeño oratorio. El proyecto de reconstrucción lo empezó Manu, un párroco que, bicicleta en mano, se paseaba por las calles del municipio para recaudar el dinero suficiente. Era la operación de “regreso a casa” de Santa Lucía. Antes de que se fuera el sacerdote, en 2013, solo pudo arreglar el techo del templo.
Después de su marcha, unas quince personas del Grupo Parroquial de San Amador cogieron las riendas de la iniciativa solidaria. “Cuando Manu se fue quedaba más de la mitad de la obra por acabar”, explica Chari Castillo, una de las personas implicada en la remodelación de la ermita.
Ahora, en las cuatro paredes, todo es prácticamente nuevo: desde el altar de la Santa hasta las puertas por las que accedan los fieles que llegan de visita. “Para poder seguir con la obra hemos hecho una ‘operación baldosa’, donde quien quisiera colaborar, podía comprarla y le pondríamos su nombre en un mapa”, especifica Chari Castillo. Los bancos también tienen “dueño”, ya que cada uno ha sido donado por familias, cofradías o grupos de personas. “La remodelación ha sido posible gracias a la ayuda del pueblo”, coincidieron todos los componentes del grupo parroquial, quienes también agradecieron la ayuda del párroco de San Amador, fray José María. Ayer, Santa Lucía regresó a casa. Hoy, en su onomástica, la gente puede llevar sus ofrendas a su ermita de siempre. Por su parte, el grupo de San Amador continuará con su tarea. No es otra que buscar ayuda para sufragar el montante de las actuaciones que han posibilitado el retorno de la imagen a “su hogar”.