Mancha Real vive con alegría y devoción el día de la patrona
El día de la Virgen del Rosario anima la calle con cientos de vecinos y visitantes

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Aunque la mañana era fresca y desvanecía los rigores de un veranillo de San Miguel que parece no tener fin, cuando las manecillas del reloj anunciaron las doce del mediodía, el ruido del abanico contra el pecho pasó a ser uno más del espectro sonoro que tejían las campanas de la parroquia de San Juan Evangelista, que tañían por la salida de la Virgen del Rosario, y las notas de los instrumentos de la Agrupación Musical Villa de Mancha Real, que interpretó el himno de España con brillantez. La patrona, Nuestra Señora del Rosario —honra que comparte con la Inmaculada—, se mecía por las calles de Mancha Real como si flotara aupada por su cuerpo de costaleras, que la sostenían sin pesar y con el corazón henchido de orgullo. La primera “‘levantá’ hasta el cielo” —como ordenaba la capataz— fue en honor del padre de una de las horquilleras, que falleció recientemente. Entre lágrimas, la joven agradeció el gesto con un emotivo abrazo a quien las guiaba bajo el paso de la Virgen del Rosario.
La última “levantá” fue en recuerdo del anterior capataz, Andrés, un hombre muy querido dentro y fuera de la cofradía. Tanto en la misa como en la procesión, la patrona mancharrealeña contó con el arropo del resto de hermandades y grupos parroquiales del municipio, cortejo al que se sumaron representantes del Santísimo Cristo de la Salud, de Villargordo; de las vírgenes de las Nieves y de la Cabeza, de Pegalajar; de la Virgen de los Remedios, de Ibros, y de Santa Catalina, de Jaén capital. Doble petalada y vaivenes siempre acompañados de las marchas de los músicos. Entre ellas, “Hosanna in excelsis”, “Macarena”, “Espíritu Santo”, “Jerusalén”, “Triana de Esperanza” y “Pureza marinera”. Ese es el resumen, a gran escala, del desfile de la Virgen del Rosario, que también recibió el cariño de los integrantes de la Coral Villa de Mancha Real durante la eucaristía, como es habitual.
Andrés Cobo Jiménez dijo que Nuestra Señora del Rosario comparte el patronazgo con la Inmaculada, que celebran todos los años el día 8 de diciembre, antes de entrar la Navidad. Por otro lado, Asunción Ramírez Valero contó que su abuelo escondió la talla en un pajar durante la Guerra Civil para que no la destruyeran. “Fueron a buscarla e incluso lo metieron preso, pero no dijo nada”, agregó. “Llevaba cinco años sin salir estos días por la familia, pero este año estoy aquí, incluso con muleta. Era ganadero y las fiestas siempre me pillan en el campo”, puso en valor Luis Jiménez Rosa. Asimismo, Angustias Uribe Moya apostilló que la novena empezó el 27 de septiembre y terminó el día 5 de octubre, pero que las fiestas como tal se celebran los días 6 y 7 de octubre. “Lo pasamos muy bien”, añadió. “Muchísima gente sigue a la Virgen del Rosario, puesto que despierta una devoción enorme en Mancha Real, donde somos más de 11.000 vecinos”, afirmó Fernando Cobo Yera.