Los vecinos de El Palomar se unen en las fiestas en honor a la Virgen María

La pedanía de La Iruela procesiona a su patrona en unas jornadas de convivencia entre residentes y emigrantes

12 ago 2024 / 13:00 H.
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Cuatro décadas han pasado desde que la imagen de la Virgen María llegó a El Palomar, pedanía perteneciente a La Iruela. El paso del tiempo quizá haga mella en sus gentes, pero no en su emoción a la hora de llevar a cabo sus festejos en honor a la Virgen María. Cada año, la población del lugar crece, enormemente, pues son muchos quienes regresan para ser testigos de las fiestas. Aunque la procesión sea el momento que más expectación causa, no es lo único que ocupa los días. Las jornadas de convivencia entre los vecinos son amenizadas por distintas actividades, como la ruta ciclista, desde el cruce Burrueco, hinchables acuáticos, con los que los más pequeños, y no tan pequeños, soportan las altas temperaturas, y varios concursos, como el de futbolín. Del mismo modo, las actuaciones musicales del grupo folclórico Aires de la Sierra y Juan Manuel Melero, ofrecieron una gran velada durante la primera noche.

Con la salida del sol, llegó el domingo, con la tan esperada procesión. Tras una misa oficiada por el sacerdote, la marcha dio comienzo en el patio del colegio rural, cercano a la ermita. La congregación se desplazó hasta los límites de la pedanía. Durante el recorrido, los vecinos acompañaban la travesía mediante cánticos en honor a la imagen, portada a hombros por sus devotos seguidores. Los gritos de vítores y los “Viva la Virgen María” fueron una constante durante la mayor parte de la marcha. Una vez la virgen fue posada, al finalizar la procesión, los vecinos estallaron en un gran aplauso. Después, dio comienzo al resto de la jornada, con una convivencia en la que cada vecino aportaba, comida o bebida. Al avanzar la tarde, tuvo lugar un concurso de brisca. Para cerrar las fiestas, al caer la noche, dos actuaciones musicales más se sumaron a la programación. La celebración continuó hasta bien entrada la madrugada, donde el cansancio no parecía aflorar entre los presentes, pues sabían que estas son unas fechas muy especiales, en las que todos vuelven a reencontrarse, de una forma emotiva.

“Es una fiesta muy tradicional, llena de familiares y amigos, se da con toda la normalidad del mundo, gracias a una amplia programación”, señaló Daniel Sánchez. Por su parte, Gabriel Aguilar admitió que le encanta disfrutar con una buena tapa de la convivencia y de la sangría. Personas de diversas procedencias acuden a la pedanía como Zarrita Contreras, quien aseguró que le gusta ir a las fiestas porque su madre la ha criado allí. “Es estupendo, debajo de la sombra hemos celebrado la misa”, dijo Paqui Plaza. “Se pasa mucho calor, pero también lo pasamos muy bien. Esto es muy bonito y merece la pena acercarse, todos los años si puedo, vengo”, confesó Mari Barrero.

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