Los solereños festejan su identidad
El Cristo de la Buena Muerte desfiló con maestría por las calles de la pedanía de Huelma

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Los vecinos de Solera vivieron una jornada de pasión y sentimiento en honor a su patrón, el Cristo de la Buena Muerte. Una festividad marcada por el sofocante calor que hizo al sacerdote de Solera posponer la eucaristía. La misa tuvo comienzo a las 20:30 horas, una celebración de corte rociero que estuvo amenizada por el coro local, que con el son de sus instrumentos y sus tonadas pusieron la alegría en el corazón de todos los solereños. Tras finalizar la eucaristía, los vecinos procesionaron al Cristo de la Buena Muerte por la pedanía, recorriendo las principales calles del núcleo, informa Pablo Porcuna.
Los devotos se turnaron para ser los pies del Cristo de la Buena Muerte. En sus caras se pudo divisar la emoción y la importancia que tiene la imagen para Solera. La procesión fue tan breve como emotiva, apenas cuarenta minutos de reloj, tiempo suficiente para que los solereños se emocionaran en un día lleno de fe y devoción. Con el Cristo de la Buena Muerte ya en el templo, se produjo el tradicional cambio de bandera entre hermanos mayores, una sucesión anual que simboliza el relevo del bastón de mando, fundiéndose en una foto junto al equipo de gobierno de Huelma. A esta particular sucesión asistieron la alcaldesa, Ana María Guzmán, así como varios concejales de su Ejecutiva municipal.
Tras alcanzar el cenit emocional de la procesión, los vecinos disfrutaron de momentos de convivencia únicos, ya que esta festividad significa la vuelta de muchos antiguos habitantes de la pedanía a su lugar de origen. Un ambiente familiar que impregnó a todos los asistentes al cortejo. Unos festejos que se extenderán a lo largo de los próximos días, con actividades para los más pequeños, competiciones deportivas y el concurso Miss Solera.¡ Pese a que la imagen procesionó durante muy poco tiempo por el callejero de la pedanía (este año se acortó el recorrido por motivos logísticos), los vecinos disfrutaron como nunca del desfile del Cristo. Por ello esperan con ansias la llegada de un nuevo agosto para gritar todos desde el corazón: “¡Viva el Cristo de la Buena Muerte!”.
“Se vive con mucha ilusión, en primer lugar porque a Solera ha venido mucha gente que emigró en su día y que vuelven a sus orígenes”, aseguró Ana María Guzmán, alcaldesa de Huelma. Pedro García, concejal de Festejos, sostuvo que es “una festividad muy alegre porque se ve a un pueblo muy unido, que ha trabajado a lo largo de todo el año para disfrutar de estos días”. “Es sorprendente la participación, que ha sido masiva por parte de los solereños y los huelmenses. Y ahora toca disfrutar de ello”, compartió Manuel Aguilar, concejal de Participación Ciudadana. Salvadora Artero volvió a las fiestas desde Barcelona, para disfrutar de la “bonita convivencia” y los reencuentros con la familia. “Es reencontrarnos con las personas que se fueron del pueblo. Se festeja lo que es el emigrante. Volver a compartir y a vivir un momento juntos”, incidió Agustina Moreno.