Los mayores de la provincia adaptan su día a día al calor
Las residencias y centros de día funcionan como auténticos refugios climáticos

El sol de agosto no da tregua. Este año los termómetros han marcado récords históricos, y los expertos comienzan a definir este mes como “el más caluroso desde que se tienen registros”. Las sucesivas olas de calor condicionan la vida de todos los que las sufren, especialmente de los grupos de edad más sensibles a las altas temperaturas. Por ello, los mayores de la provincia han adaptado su día a día, sin renunciar a las visitas y las actividades compartidas.
En Porcuna, la Residencia Virgen de la Alharilla ha convertido la planta baja en su particular refugio anticalor. “Encendemos el aire más tiempo, servimos comidas más frescas y evitamos excursiones”, explica Ramona Loma, directora del centro. En lugar de las tradicionales salidas, los residentes pasan las tardes disfrutando de talleres de repostería, acompañados de mojitos sin alcohol y horchata fría antes de dormir. “Hoy hemos hecho una tarta de chocolate, todos juntos”, cuenta.
En la capital, en la Residencia Altos de Jontoya, su director, Juan Cobo, resume la clave de todo en dos conceptos: prevención y sentido común. “La gimnasia, a primera hora en la terraza; el resto del día lo pasamos realizando talleres o manualidades en el interior”, detalla. Las alertas diarias de la Junta marcan el ritmo: cuando hay nivel alto, se refuerza la hidratación y se limita al máximo la exposición al sol en horas centrales.
En Amavir, otra residencia de la capital, sus amplios pasillos se han convertido en auténticas avenidas para pasear sin sufrir el calor abrasador. Su directora, Susana Cano, confiesa que incluso un residente decidió pasar el verano allí para “huir” del calor de casa. Una manera muy inteligente de disfrutar los meses estivales en compañía y lejos de la “sauna” en la que que se convierten algunos domicilios antiguos. Todas estas adaptaciones siguen las recomendaciones del Plan Nacional de Altas Temperaturas, que insiste en mantener la actividad siempre priorizando la salud. Vestir ropa ligera, consumir alimentos con alto contenido en agua o evitar las salidas en las horas centrales son algunas de las indicaciones para garantizar su bienestar.
Los Centros de Día de Jaén son otro de los refugios más frecuentados por los mayores para escapar del calor. Desde la Administración local indican que se refuerza la climatización para que se conviertan “en un punto de encuentro, sobre todo cuando muchos no disponen de aire acondicionado”, explican.
En Jaén, las altas temperaturas no han frenado las ganas de vivir el verano, y estas iniciativas demuestran que, con ingenio y cuidado, se puede combatir el calor.