La Loma hace piña para reclamar que el aceite tenga un precio justo

La protesta corta durante dos horas el kilómetro 39 de la autovía A-32 en Úbeda

31 ene 2020 / 11:40 H.
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Unidos por el verde. El futuro está en juego, los jiennenses lo saben y por ello salieron en masa a la calle, para gritar por el principal sustento de sus hogares, para que las generaciones que llegan no tengan que dejar sus pueblos y alimenten la despensa del mundo, además de para honrar la memoria de los que ya no están y que dejaron en herencia un tesoro que se muere si no se interviene ya.

Los agricultores son conscientes de ello y cansados de los vaivenes del sector y de tener que ir a echar el jornal aún a sabiendas de que las cuentas ya no les salen, se echaron a las carreteras para exigir lo que les pertenece. De los cuatro puntos elegidos para manifestarse, la A-32, en Úbeda, fue uno de los que más trabajadores del campo recibió.

Desde primera hora de la mañana comenzaron a agolparse coches, tractores y furgonetas en una gasolinera cercana a la autovía. Allí, olivareros de Cazorla, Santo Tomé, Canena o Jódar, entre otros municipios de la comarca o cercanos a Úbeda, comenzaban a conversar sobre los motivos que los habían llevado hasta allí para reivindicar unos precios justos para el aceite de oliva. “¿Cuándo vamos a cortar la carretera?”, se escuchaba entre algunas de las impacientes voces que ya quería protestar por lo que es suyo. “No entiendo qué hacemos aquí todavía”, decía otro de los agricultores. Alguno de los manifestantes, incluso, afirmaron que eran propietarios de negocios y que, por solidaridad, habían decidido echar la persiana para sumarse a la concentración para dar la cara por un sector de gran importancia económica para la provincia. El caso es que las conversaciones previas a la manifestación tenían un denominador común: la situación “de ruina” de los olivos.

Poco a poco la marcha se organizó, la pancarta delante con un mensaje claro: “Con bajos precios nuestro olivar se muere. ¡Jaén desaparece!”. Tras ella, cientos de trabajadores del campo que secundaban cada una de las letras del cartel. Poco a poco, una gran masa de personas se dirigió hacia el kilómetro 39 de la A-32. Sin prisa, pero como dice la conocida canción: sin pausa. Costaba controlar a tal marea humana compuesta principalmente por olivareros que, como comentaba alguno, ven cómo les sale más barato dejar la aceituna en el árbol que cogerla.

Los manifestantes ocuparon no solo uno de los sentidos de la autovía, sino ambos, cosa que no estaba prevista. Todo transcurría con calma. Agricultores, algunos a pie y otros en sus tractores acamparon en la autovía, de donde no pensaban moverse por nada del mundo. Hasta un hombre apareció con su burro y un cartel en el que preguntaba directamente a las administraciones públicas: “¿Así queréis vernos?”. Como anécdota, cuando dos agentes de la Guardia Civil le prohibieron avanzar, el hombre dio la vuelta para retroceder y la necesidad apretó al animal, que no tuvo otro lugar para defecar que frente a los agentes, lo que despertó las risas entre buena parte de los manifestantes.

Cabe destacar la fuerte presencia de mujeres y jóvenes. Algunos de ellos defendieron, en sus palabras, lo que ahora es de sus familias pero que algún día terminará por ser suyo, y es que, en definitiva, esta lucha no solo es por el presente del olivar, que también, sino por el futuro de un sector que da las mayores riquezas a la provincia de Jaén. Todos unidos. Mayores, jóvenes y niños con una voz al unísono que reclamaba justicia.

Tal y como indicaron los agentes de la Guardia Civil allí presentes, no hubo que lamentar altercados y todo transcurrió con la lógica normalidad de una concentración de estas características. Además de la presencia de petardos y bengalas, que venían a poner aún más sonido y color a la jornada, un grupo de manifestantes apiló ruedas en mitad de la calzada, que ardieron fácilmente junto con ramas y hierbas secas. Una gran columna de humo tiñó el cielo de negro por unos momentos, quizás una dura metáfora del futuro del sector del aceite de oliva en la provincia si no se interviene al respecto.

En definitiva, nada que lamentar y mucho que reivindicar en una jornada dedicada a eso mismo y en la que los agricultores jiennenses amenazaron, en el buen sentido de la palabra, con volver a levantarse bravos si no contemplan cambios a corto plazo en la situación del olivar, que como se escuchaba en los corrillos de algunos manifestantes, aprieta, e incluso ahoga, a muchas familias en Jaén.

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