La Asunción se balancea entre sones y abanicos en Vados de Torralba
La Asociación Musical “José Manuel Pérez Marfil” engrandece la procesión

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Sones musicales de la Asociación “José Manuel Pérez Marfil” y a, a la vez, un balanceo silencioso durante toda la procesión en el día grande de las Fiestas Patronales de Vados de Torralba, el de los abanicos. Como es costumbre, bajo un sol espléndido, que la Asunción siempre recorre las calles de este poblado de colonización la mañana del 15 de agosto, pero esta vez podría añadirse también que un sol de justicia, que viene a significar que es su intensidad aún mayor. Es por ello que se amontonaban los abanicos alderredor de las costaleras y costaleros para hacer más llevadera su labor de balanceo del trono de una talla en madera por la que se desviven los vadeños y las vadeñas desde de la fundación del pueblo en el año 1960. Se da la circunstancia de que este núcleo de población creado a un lado del río Guadalquivir y Campillo del Río al otro, fue municipio independiente hasta 1975 y ahora conforma Villatorres junto a Torrequebradilla y Villargordo, enraizando aún más su esencia de pueblo blanco y verde, como reza en la entrada. Volviendo a la procesión, calles arriba, transversales y calles abajo con cánticos a la Virgen de la Asunción espontáneos y palmas posteriores, a paso ligero su procesionar por las altas temperaturas y vuelta a la iglesia, cuyo pórtico sirve de escenario para las orquestas de la verbena. Nada se entendería en Vados de Torralba sin la Asunción, de igual forma que en Vados de Torralba no se entiende una verbena sin la presencia de varias generaciones, quienes aún permanecen en el pueblo y quienes tuvieron que emigrar en busca del sustento, pese a la rica vega.
“Vados de Torralba es mi segundo pueblo; he vivido aquí con mis abuelos Agustín y Felisa, fundadores ellos y tengo grandes recuerdos”, sostuvo Agustín Moral. Para Josefa Civantos la Asunción es todo, tras 62 años en el pueblo sostiene que quiere con todo su corazón a la Virgen y el Cristo. “Mi nieta Gabriela es dama de honor, y la acompaño con su madre desde Campillo para vivir las fiestas con la familia política de mi Sandra”, atestigua Isabel López. Juana María Civantos vive en Linares, pero vuelve siempre a casa por las fiestas porque son sus raíces: “Mi hija hará igual seguro”. “Llegué de a Vados de Villacarrillo con 13 años, cuando se fundó el pueblo, me fui luego a Cataluña donde me casé
con una vadeña, tenemos casa aquí”, manifestó Juan Juanrez.