Fervor y devoción hacia la imagen del patrón de Porcuna: San Benito

Centenares de porcunenses se reunieron para vivir el reencuentro con la Virgen de la Soledad

13 sep 2025 / 16:39 H.
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Todo el pueblo se echó a la calle para venerar a San Benito y a Nuestra Señora de la Soledad en su salida procesional. La cita no se produjo sin antes celebrar una eucaristía en la parroquia que lleva el nombre del patrón del municipio de Porcuna, a las diez de la mañana. De hecho, este espacio religioso registró un lleno hasta la bandera para presenciar una de las jornadas más esperadas por los habitantes porcunenses. Después del acto litúrgico, los cofrades comenzaron a posicionarse a las puertas de la iglesia para recoger las insignias que portaron a lo largo del recorrido. En este sentido, las dos cuadrillas de costaleras sacaron a ambas imágenes y las colocaron en paralelo frente a la parroquia, bajo los sones de la Banda de Música Ciudad de Porcuna, en el primero de los tronos, y de Nuestra Señora de la Soledad, en el segundo.

Las cuadrillas de costaleras sacaron ambas imágenes y las colocaron en paralelo frente al templo. El acompañamiento musical estuvo a cargo de la Banda de Música Ciudad de Porcuna, que interpretó marchas al compás del paso del patrón en el primer trono, mientras que el de la Virgen estuvo arropado por preciosas composiciones. Más de un centenar de personas aguardaron en calles y plazas el avance de los titulares. Numerosas viviendas se engalanaron con mantos rojos en los balcones y con carteles de San Benito, como expresión de fervor popular. El itinerario se desarrolló entre vítores y rezos, en un ambiente de recogimiento y emoción compartida. El momento más esperado se vivió al final, cuando las costaleras levantaron el paso de San Benito al cielo. Entonces se produjo el simbólico reencuentro de ambas imágenes bajo los aplausos de cofrades y fieles, que resistieron las altas temperaturas del mediodía para acompañar a sus patronos hasta el último instante.

La jornada concluyó con un sentimiento de unidad que trascendió lo meramente religioso. La participación masiva de vecinos y devotos reforzó la vigencia de unas costumbres transmitidas de generación en generación, que siguen ocupando un lugar esencial en la vida colectiva de Porcuna. La procesión se convirtió en un espacio compartido donde la fe se mezcló con la identidad comunitaria, el recuerdo con la esperanza y la emoción con la solemnidad. Cada balcón engalanado, cada aplauso y cada canto resonaron como prueba de que la devoción hacia San Benito y la Virgen de la Soledad continúa viva, adaptándose al presente sin perder la esencia de lo heredado.



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