Fervor infinito hacia Santa Quiteria en Sorihuela del Guadalimar
Los romeros acompañan a la copatrona hasta su ermita en el Cerrico Pelón

VÍDEO
Los sorihueleños sueñan todo el año con la llegada del día de su copatrona y es que, el último fin de semana de mayo supone un motivo de alegría y devoción. Con el sol de la mañana ya posado sobre el pueblo, los romeros y devotos se concentraron en la Plaza de los Caños para comenzar con el desfile de carrozas. Entre sones propios de la festividad, llegaron hasta la parroquia de Santa Águeda para contemplar como Santa Quiteria era elevada al cielo y, a continuación, portada en un tractor en el que sería trasladada hasta su ermita en el Cerrico Pelón. El párroco, las Juntas Directivas de las hermandades y cofradías locales, autoridades civiles, romeros y fieles alabaron la decoración que engalanaba la carroza de la talla. Entre vítores y cánticos, la imagen recorrió las calles de Sorihuela del Guadalimar hasta la salida. Volantes, lunares y colores. Con sus mejores galas, los romeros avanzaron por la carretera que conecta el municipio con Villanueva del Arzobispo. Las altas temperaturas no impidieron que los devotos de la copatrona lanzaran mensajes de devoción y amor. Durante dos horas, el cortejo disfrutó de una jornada de fraternidad que, además, supuso un reencuentro muy especial para quienes ya no viven en el pueblo.
Pasadas las 13:00 horas, la comitiva llegó al Cerrico Pelón. Muchos de los sorihueleños aguardaban la llegada de la copatrona. Las carrozas se ubicaron al lado del templo. Seguidamente, los anderos elevaron la santa imagen al cielo, mientas que todos los presentes la vitoreaban. Entre aplausos, Santa Quiteria volvió a su ermita. A continuación, los sorihueleños disfrutaron de una jornada de fraternidad en sus respectivos chozos. Familias enteras se reunieron para disfrutar de ratos que siempre quedan en el recuerdo. Por la tarde, hubo un rato dedicado a los más pequeños con actividades y juegos infantiles. Asimismo, también se llevó a cabo una jornada musical que continuó por la noche con la tan esperada verbena. Un año más, Sorihuela del Guadalimar vive con algarabía y júbilo unos de sus días más grandes y especiales.
“Es una tradición del pueblo y en estos días nos trasladamos hasta el Cerrico Pelón, donde está la ermita, para vivir los días en familia”, afirma la alcaldesa, Ana Belén Rescalvo. Cati Perete señala que es el fin de semana más esperado del año, el cual vive con mucha intensidad y devoción hacia Santa Quiteria. “Me encantan. Son mis fiestas favoritas porque estamos todos juntos y me lo paso muy bien. Es una experiencia especial para todos los sorihueleños”, comparte Ana Mora, dama de honor de las fiestas. Javier Muriel viene a la romería desde hace tres años y asegura que son días que disfruta mucho al pasarlos con amigos y familia. “Para todo el pueblo supone fervor y mucha devoción hacia nuestra copatrona, pero también unos días de convivencia entre todos”, explica Manuel Robles.