El día que los patronos tosirianos recibieron la Medalla de Oro de la Ciudad
El obispo de Jaén, Sebastián Chico, presidió el acto ante cientos de vecinos devotos

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Hito histórico en el municipio de Torredonjimeno. La Plaza de la Constitución acogió este domingo el acto de imposición de la Medalla de Oro de la Ciudad a Nuestra Señora de la Consolación y a los Santos Mártires de Jesucristo, San Cosme y San Damián. Centenares de personas acudieron con gran ilusión a una cita que estuvo presidida por el obispo Sebastián Chico Martínez, y que también contó con la presencia de los párrocos de las iglesias tosirianas de San Pedro y Santa María, Agustín Rodríguez e Ildefonso Rueda. No obstante, una multitud de autoridades no se quisieron perderse la efeméride, entre los que destacaron el alcalde de Torredonjimeno, Enrique Castro Tárrega, y la secretaria de la Administración local, María Victoria Barranco. Por su parte, Sebastián Chico comenzó su intervención con un sincero agradecimiento a las cofradías de San Cosme y San Damián “por ser parte de la historia del pueblo”, así como por su importante labor de “fomentar el culto” hacia los patrones: “Son el punto de comunidad y unión”.
Asimismo, destacó que el acto se enmarca en la celebración de los ochocientos años de la restauración de la fe cristiana en Torredonjimeno, al igual que expresó el ejemplo de los Santos Mártires, quienes “dieron su sangre” para labrar un “rico patrimonio cultural y espiritual”, como es la predicación del Evangelio, con el objetivo de que fuese transmitido durante el paso de las generaciones. También enfatizó en que “no hay historia cristiana sin la Virgen María”, y marcó que su camino ha de ser seguido por la comunidad cristiana: “Numerosas generaciones besaron su manto con lágrimas, ofrecieron promesas y encontraron un bálsamo en mitad de la soledad. Los devotos han de amar y servir como ella lo hace, y así estar en el corazón de su hijo”. Finalmente, el regidor tosiriano celebró “la más alta distinción” que concede el Ayuntamiento, del mismo modo que valoró la religiosidad, devoción y tradición que se refleja en un acto de este nivel.
“Ha sido increíble. No sólo por el acto religioso en general, sino por el sentimiento de comunidad en el pueblo, la gente que ha asistido...”, apostilló Miguel Jiménez. Manuel Juan Illana expresó que fue un día de “logro, bendición y una alegría de volver a tener el cristianismo en el pueblo y 800 años ininterrumpidos tras la reconquista”. “Es una sensación de gran alegría de ver que a nuestros patronos le han dado la Medalla”, aseguró María Dolores López. Ana María Anguita expresó la enorme emoción que sentía ante tal acontecimiento, la cual aumentaba conforme avanzaban los minutos: “Algo difícil de describir”. “Estaba deseando de que llegara este día tan especial. Esperaba vivir estos momentos con gran ilusión y, de hecho, he llorado mucho”, confesó Gema García.