El Camino Mozárabe se anima entre Carchelejo y Cambil

Al mal tiempo, buena cara, y al frío una buena caminata para conectar el cuerpo y el espíritu en plena naturaleza. Cerca de ochenta peregrinos que forman parte de la Asociación del Camino Mozarabe de Jaén decidieron recorrer parte de este camino, concretamente, el que lleva desde Carchelejo hasta Cambil con la intención de disfrutar de la ruta, conocer mucho más sobre ella, adentrarse en sus rincones y pasar una jornada de diversión.

Y dicho y hecho, en ello se afanaron para pasar un buen día de invierno, frío pero soleado. Este tramo de la ruta se extiende durante 16 kilómetros de caminata que implicaba hacer un buen trecho y tener una ruta de lo más diversa y curiosa, en la que tocó comenzar desde bien temprano a pesar del frío, aunque, por suerte, el sol fue un buen compañero de viaje que permitió que hubiera momentos de calor que ayudaron sobradamente al grupo para poder completar su ruta, a la que se quiere dar un pulso con el arreglo de caminos y su señalización en su recorrido en la provincia. La asociación dedica buena parte de sus fines de semana en las marchas por el trazado del Camino Mozarabe, a las que van a dar continuidad durante este invierno.

Ese impulso previsto al Camino Mozárabe en la provincia se concreta en las vías pecuarias que pertenecen a Jaén y que están siendo adecentadas para poner en valor este tramo, con una inversión de la Junta de Andalucía que asciende a más de 200.000 euros. Es una intervención que garantizará, según la administración autonómica, “las condiciones de seguridad de estas infraestructuras y mejorar la accesibilidad de las mismas, así como conservar el dominio público pecuario”. ¿En qué se traduce? Jacinto Fuentes, presidente de la Asociación Jacobea de Jaén —encargada de la promoción y mantenimiento del Camino Mozárabe en la provincia— explica los cambios. “El arreglo más importante es el de un túnel que pasa por debajo de la nacional 432, entre los términos municipales de Castillo de Locubín y alcalá la Real”, explica, “puesto que pasa un arrollo por él y cuando llueve es peligroso para los peregrinos”.