14 feb 2022 / 22:49 H.

Entre todos la mataron y aún vive

Gestiones opacas, mercadeo en los despachos, operaciones ruinosas, ciudades deportivas fantasmas, robos que no se han esclarecido, registros policiales continuos, acciones que se venden a un euro y un futuro deportivo nada halagüeño en la quinta categoría del fútbol español... aún se mantiene en pie. Es la historia y el sino del Real Jaén, un símbolo de la ciudad como Nuestro Padre Jesús y la Cruz del Castillo, que camina al Centenario en medio de la desidia general y un ambiente de crispación por la deficiente marcha del equipo. Fundado el 13 de agosto de 1922-Juan Nogales Martínez fue su fundador como Jaén FC- vivió sus momentos de gloria en los tres años de Primera División, pero eso fue en la década mediados de los 50 y ha pasado mucho tiempo. Es un abanderado que ha perdido apoyos por gestiones erráticas y resultados deportivos negativos, cuando antes tenía socios en municipios con los que ahora compite en la misma categoría.

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La corona no lo es todo

La nueva realidad no se ha asumido para atajar una crisis y con la corona no se ganan partidos, ni mucho menos. Los que añoran los tiempos de Primera, con las gestas de Ángel María Arregui, Cerrillo, Cardoso, Adalberto, Sará o Antoniet en la década de los 50, las exhibiciones en La Victoria de Hopa, Juan Reina, Haro, Blas Machado, Aguinaga o José Luis en los 60 y 70, o las noches de Copa del Rey y los play off de los 90 con Chumilla, Rueda, Pascual o Vicente Herrero, se han dado cuenta, y no es tarde, de que la historia es rica y apasionante. Hoy en día no es suficiente y ahora triunfa la ley de los clubes organizados y no de los que se mueven en la improvisación. Este es el rumbo del Real Jaén, que tiene esta denominación desde 1947, en los últimos años.

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Una sociedad anónima ruinosa

El fútbol de café, coñac y puro de las cinco de la tarde se ha perdido. Esa esencia de los partidos en el viejo La Victoria ya es pasado y el cambio en el Real Jaén fue tan radical que no se supo afrontar. De las reuniones de la directiva en las sedes de la calle Fermín Palma o Menéndez Pelayo a un consejo de administración intervencionista en el que los políticos, en este caso los del Ayuntamiento, maniataron la gestión y de ahí un carrusel de desaciertos que empezó a generar una deuda que ahora mismo es de casi seis millones de euros. Son muchos años de ruina y miseria, desde que el Ayuntamiento en 1994 con José María de la Torre, tuvo que salvar al Real Jaén en la etapa en la gestora de Miguel Ángel García Anguita, que después dio el salto a la política en 1995 con Alfonso Sánchez y Miguel Benítez. Después, en 2001, llegó la sociedad anónima deportiva y anhelado nuevo campo que costó 12 millones de euros, y que ahora esa con numerosos desperfectos. Si el bueno de Antonio Romero Maroto, Antoñete, estuviera aún con nosotros estaría sufriendo por el Real Jaén de sus amores.

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Aquel 7 de junio de 2014

El descenso a los infiernos tiene una fecha clave: el 7 de junio de 2014. Unos minutos para el olvido ante el Alavés y otro paso efímero por Segunda A, una categoría que hubiera supuesto la salvación económica de una entidad que había salido meses antes del concurso de acreedores. Lágrimas de impotencia por no gestionar el gol de Jona y final desolador con 12.000 espectadores en La Victoria y derrota por 2-3, con tantos del hondureño y Fran Machado, y de Juanma, Mauro Quiroga y Juanma. Nadie asumió responsabilidades y el inmovilismo se impuso al final con esa votación por 5-4 del consejo de administración, en la que se rechazó el despido del técnico Manolo Herrero tras perder en Zaragoza semanas antes de ese sábado negro.

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Esa frase que aún se recuerda

Empresario del sector farmacéutico y amante de los caballos, pero de fútbol sus conocimientos son limitados. La primera rueda de prensa de Tomás Membrado fue sonada y dejó un titular que aún se recuerda, pero que esta temporada se puede cumplir: “La División de Honor no suena mal”, en relación a una categoría regional. Se quedó tan pancho un presidente que accedió al cargo tras cerrar un acuerdo con la familia Hitos, que de salvadores pasaron a no tener soluciones. Apostaron por la vía jiennense y nunca explicaron sus contactos con empresas de Europa del Este.

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Pasarela de jugadores y de entrenadores

Los últimos cuatro años de la entidad han sido como una película de serie B con situaciones surrealistas. La campaña del “Todos sumamos” de 2018 terminó con desbandada general y sálvese quien pueda, con dos dirigentes señalados por su gestión: el propio Tomás Membrado y Andrés Rodríguez, su mano derecha. Lo peor, un equipo hundido en la Tercera RFEF, dos intentos fallidos de ascensos, pese a que un año fue el mejor equipo nacional de la categoría y en el camino se cruzaron el Racing de Ferrol, y el Algeciras, Y futbolistas y entrenadores que estuvieron meses sin cobrar, y una serie de acontecimientos lamentables. No hay que olvidar secuencias de apariciones de personajes efímeros y de máximos accionistas que salieron despavoridos, como Juan Manuel Reyes, Samu, y Antonio Méndez, protagonista este último de un paseo mediático por los medios de comunicación. Fue un lamentable visto y no visto.

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¿Qué futuro espera?

Ese caminar hasta los 100 años, que se cumplen el 13 de agosto, los gestiona un nuevo consejo de administración, que preside el alto funcionario Ildefonso Ruiz, con el máximo accionista, el empresario almeriense Ramón García, y personas que han logrado la paz institucional no se sabe si definitiva. Llegaron tras la bochornosa incomparecencia ante el Motril, de la que nadie asumió responsabilidades, algo habitual en el Real Jaén, y tienen al día a la plantilla, pero todo está oscurecido por una pésima trayectoria deportiva: con un Linares Deportivo en Primera RFEF, el Atlético Mancha Real en Segunda RFEF, y en Tercera REFF el Torredonjimeno, el Atlético Porcuna y el Torreperogil por encima en la tabla clasificatoria. Ahí es donde se les ha acusado de cierto inmovilismo, de no tomar decisiones y de no reforzar al equipo en el mercado de invierno con jugadores que marquen diferencias. Los capítulos hasta el Centenario se escribirán después de un primer balón de oxígeno judicial, que estimó el recurso y se evitó la disolución de la sociedad anónima como pedía la Seguridad Social. Otra cosa distinta es cómo se celebre los 100 años de historia. Ojalá sea el punto de arranque de una nueva etapa.

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Los peores presidentes

 

1º Juan Bautista Castellano (1967-1970)

Agredió a un colegiado en la Tercera División y ahí acabó su mandato al ser inhabilitado.

 

2º Manuel Gil Vázquez (2002-2003)

Llegó al cargo solo por intereses urbanísticos y no deportivos.

 

3º Cristino Ruano del Río (1957-1958)

Solo un año en el cargo, que acabó con el descenso de Primera a Segunda División A.

 

4º Rafael Teruel Lara (2011-2016)

Dispuso de los mayores ingresos en Segunda A, por taquillas y televisión, y lo dejó en la ruina en Segunda B.

 

5º Tomás Membrado Martínez (2017-2019)

No puso los medios para salvar al equipo del descenso a Tercera cuando había tiempo. Después se marchó y vino Andrés Rodríguez, un presidente con una gestión rechazada por la afición.

 

6 º Sergio Hitos Fuentes (2016-2017)

Estuvo unos meses en el cargo después de que su hermano Juan Miguel Hitos, máximo accionista, asumiera el control del club. Los jugadores acumularon meses sin cobrar.

 

7º Antonio Ruiz Martínez (1980-1981)

Dimitió del cargo tras ser elegido por votación al no poder pagar la deuda con la Asociación de Futbolistas (AFE).