Reservando asientos
Cobra fuerza el nombre del bedmareño Juan Francisco Serrano como candidato a la renovación del Partido Socialista en Andalucía sin descartar mujeres del panorama andaluz
“Id reservando asientos y comprando palomitas”. Así se dirigió Juan Espadas, secretario general del Partido Socialista en Andalucía, a los compañeros de su ejecutiva en un mensaje, por escrito, después del congreso federal en el que le faltó la bendición de la continuidad. Le sobra razón. El escenario está para rebanarse las uñas y poner coto privado al pestañeo. No hay unidad en Andalucía después de un cónclave en el que el anfitrión no salió ungido como candidato oficialista a la reelección y, en este momento, el escenario invita a sacar las papeletas para jugar a las quinielas. La clave de lo que ocurra a partir de ahora está en Madrid. Corresponderá al líder, Pedro Sánchez, abrochar un proceso de renovación que se debate entre la neutralidad y el dedazo. No será la primera vez, ni la última, que suene la música de la orquesta de Ferraz con instrumentos afinados para convencer a la militancia de una propuesta, la oficial, para evitar males mayores. En febrero se demostrará si las primarias para elegir al próximo líder del socialismo andaluz permitirán la confrontación de proyectos o se produce una operación de realojo desde arriba hacia abajo.
Hay nombres sobre la mesa para integrar y representar todas las familias y sensibilidades de una organización que lleva dos legislaturas en la oposición, pero el “quid” de la cuestión no está en contentar a los afiliados, ni siquiera a los “mandamases”, sino en recuperar la confianza de los votantes y plantar cara a un Partido Popular que llegó para quedarse. El aspirante a conseguir dar la vuelta a la tortilla no se puede permitir el lujo de dar un paso en falso. A las claras. Juan Francisco Serrano, diputado nacional por Jaén y secretario adjunto de Organización, es uno de los perfiles que suena con más fuerza en el panorama nacional. El exalcalde de Bedmar tiene grandes posibilidades de hacer las maletas para situar su residencia en Sevilla. Representa el relevo generacional, es de la máxima confianza de Pedro Sánchez, cuenta con el respaldo de su provincia y eso del desconocimiento por parte del resto del territorio andaluz se arregla rápida y fácilmente. El único “pero” está en que no tiene acta en el Parlamento de Andalucía, un inconveniente al que se aferran los negacionistas, que también los hay.
No hay que perder de vista a María Jesús Montero que, aunque se autodescartó y el viento no corre a favor desde aquella frase de “pongo la mano en el fuego”, lo cierto es que hay quienes claman por situar a una mujer enfrente de Juanma Moreno. Haberlas haylas. La parlamentaria onubense María Márquez es una promesa del socialismo que da la talla y, por supuesto, no hay que perder de vista a la carolinense Ángeles Férriz, a quienes muchos suplican que dé el salto en este interesante momento de la película, aunque el as de la manga va por otros derroteros. Mientras tanto, los críticos deshojan la margarita. Dentro de este movimiento de bases hay quienes claman por colocar a una mujer en la carrera de la renovación. Sin embargo, otros tienen claro que Luis Ángel Hierro es el candidato perfecto. No hay más que leer lo escrito por la jiennense Ángeles Jiménez Samblás, exdelegada de la Junta en Jaén, en “El Independiente”: “Por su ‘auctoritas’, podría ser para Andalucía lo que otro catedrático, Enrique Tierno Galván, fue para Madrid”.
Las fechas son las que son. Ellos han decidido postergar la fecha de presentación de su candidato hasta después del debate sobre el estado de la comunidad, hasta que el día 20 de diciembre se celebre el comité director que abrirá el calendario de las elecciones primarias para elegir al secretario general. Es probable que este comité, que es el máximo órgano entre congresos, se celebre en Jaén. Las candidaturas se deben presentar la primera semana de enero y el 1 de febrero. Si hay más de un aspirante, votarían los 40.000 militantes socialistas. Para comer palomitas.

Sigue en punto muerto el pacto de Gobierno entre IU y PSOE en Lopera
Cerca de dos semanas lleva Izquierda Unida con el pacto de Gobierno paralizado en el Ayuntamiento de Lopera. La instalación de placas fotovoltaicas en medio de olivares de esta comarca de La Campiña tiene en vela no sólo a buena parte de sus vecinos, sino también a los representantes de la política municipal, que ven cómo el pueblo se divide entre quienes están a favor de este innovador sistema de energía sostenible y los que no. Los tres concejales de la coalición de izquierdas pusieron sobre la mesa sus condiciones para continuar, sobre todo después de las sospechas que aseguran que tienen acerca de la tramitación de un proyecto en el que consideran parte fundamental a la actual diputada provincial Isabel Uceda, quien encabezó la candidatura socialista a la Alcaldía loperana, ganó las elecciones y, sin embargo, dejó a su número dos como alcaldesa para que pudiera salir adelante este pacto. Está enquistada, de momento, la polémica y, aunque la dirección provincial de Izquierda Unida se mantiene en silencio por el momento, todo hace indicar que tendrá que mediar para aportar una solución a un estancamiento que repercute en el día a día de un Ayuntamiento en el que el único que está tranquilo es Vox.
EN CORTO. Las diez paradas del tranvía
Sigue su curso la puesta a punto del tranvía y, mientras tanto, empiezan a salir a la palestra los protagonistas de un proyecto que, hace trece años, coparon los titulares de los medios de comunicación. Tal es el caso de la niña que ganó el diseño para colorear los trenes tranviarios con motivos jiennenses y que ahora, convertida en un mujer, Clara Barranco se siente decepcionada al ver que no existe prácticamente nada de lo que llegó, incluso, a inaugurar con la entonces alcaldesa, Carmen Peñalver. Pronto hará lo propio María Ángeles Ordóñez, la estudiante de Ingeniería que se llevó 1.500 euros en compras en El Corte Inglés por ganar el concurso sobre el diseño de las diez paradas. Es lo que ocurre cuando las iniciativas públicas cambian de manos políticas.