La mano y la cuna
Hay alguien en el Gobierno central que, con la mano amiga de jiennenses al pie del cañón, trabaja en silencio desde una posición estratégica con la firme intención de barrer para casa
El posicionamiento geográfico que tiene la provincia, un lujo análogo al paisaje olivarero sin reconocimiento internacional, es similar al que tiene un político jiennense que, desde el estrado en el que se encuentra, ocupa un lugar privilegiado en el que no sólo no está de brazos de cruzados, sino que, además, barre para casa siempre que puede. Lo hace sin levantar polvareda, en silencio y fuera de protagonismos absurdos que a lo único que conducen es a fijar el foco y desviar la mirada hacia lo realmente importante. Su nombre es Juan Francisco Serrano Martínez (Bedmar, 1988), diputado nacional y adjunto a la Secretaría de Organización del Partido Socialista, un ingeniero técnico industrial de profesión que se las ingenia, valga la redundancia, para estar siempre en el lugar oportuno y en el momento perfecto. Es como la mano que mece la cuna de los proyectos que nacen desde el Gobierno central para una provincia que, por cuestiones que también merecen un análisis, está de moda. Primero fue el Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación (Cetedex) del Ministerio de Defensa y, ahora, es la Estación Intermodal, la llegada de la alta velocidad a tierras jiennenses y la mejora de las carreteras, por obra y gracia del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.
No está solo en el empeño por corregir desigualdades históricas reconocidas por los máximos representantes del Ejecutivo central. Hay más nombres situados a su lado que ejercen la presión necesaria para atraer los euros a la tierra olvidada: el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Reyes; el alcalde de Jaén, Julio Millán, el senador José Latorre... Desde que estalló la crisis de la otra cobra, la del centro logístico que se construye ahora en Córdoba, esto ya no es lo que era. ¿Alguien se ha preguntado por qué en este preciso instante se aceleran proyectos históricos más estancados que el Puente de Triana un Viernes Santo? ¿Quién mueve la manivela para que funcione la maquinaria de las inversiones? Nada es fruto de la casualidad y, a buen entendedor, pocas palabras bastan, aunque, como siempre en la vida, hay quienes se arroguen el resultado de operaciones orquestadas desde Madrid por aquello de una moción de censura con la que se retrató Jaén Merece Más.
El caso es que la A-32 estaba más parada que el tranvía y alguien aceleró la licitación de todos los tramos. El Cetedex, en el que cree hasta la Universidad, ya es mucho más que un sueño plasmado en una gran pantalla. La rémora del ferrocarril tiene visos de solución a modo de primer paso para el progreso. Hay encima de la mesa una solución para el estrangulamiento de las vías en la capital... Todo puede ser cuestionable, claro que sí, pero hay ocasiones en las que los jiennenses, enraizados en el pesimismo, el conformismo y otros cuantos “ismos” más, están obligados a levantar la mirada y mirar en positivo hacia un futuro que está muy presente en forma de modernización de las infraestructuras como mecanismo de conducción hacia otro modelo productivo basado en la innovación. El horizonte económico de Jaén está dentro y fuera del olivar, porque no todos los huevos se pueden dejar en la misma cesta, sino que hay que diversificar para la prosperidad de un territorio con capacidad para la generación de energías renovables con interesantes proyectos que pronto llegarán.
Ni que decir tiene que tampoco es cuestión de achantar la mui y “laisse faire”. El instrumento de la denuncia funciona y, si hay que exigir el soterramiento, como los bilbaínos en el barrio de Abando o los valencianos en la estación Joaquín Sorolla, se hace, pero siempre con los pies en la tierra y con la firme intención de sumar. Si el proyecto que presentó el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, es bueno para la descongestión viaria de la capital, no quedarán más bifurcaciones en el camino que el respaldo a una infraestructura que soluciona el problema de desarrollo urbanístico en una zona clave para la expansión. Lo que ocurre es que el ciudadano sabe que hay que temer a situaciones en las que las competencias son compartidas entre administraciones públicas con signos políticos encontrados. Lo mismo ocurre con la alta velocidad, tan anunciada como enterrada por diferentes gobiernos a lo largo de la historia sin que, a estas alturas, haya un solo kilómetro entre olivos. Es normal que los jiennenses no se fíen ni de su sombra.
Esto no va de estar sentado a la derecha o a la izquierda del “padre”, sino de aprovechar la situación estratégica para ejercer de motor tractor de atracción de proyectos que permitan a los jiennenses subir al tren, contemplar el paisaje y viajar hacia la dirección correcta. Juan Francisco Serrano, que pudo ser uno de los actores principales de la película de la comunidad autónoma de Andalucía, optó por quedarse en Madrid para trabajar por Jaén. Así de transparente. Y hay ejemplos que certifican una realidad como un templo. Si la empresa SAPA Placencia decide crear sus coches desde un centro construido en Jaén no es por obra y gracia del Espíritu Santo, sino porque hay alguien detrás que se mueve por los despachos ministeriales, como Pedro por su casa, para conseguir situar a su tierra en el lugar que merece, sin privilegios y, a la vez, sin más olvidos.

El camino hacia las elecciones primarias en el PSOE
Uno de los asuntos principales de la política jiennense actual es, sin lugar a dudas, el proceso abierto de elecciones primarias para elegir al próximo secretario general del PSOE en Jaén, en sustitución de Francisco Reyes. Esta semana será decisiva para los dos aspirantes al cargo, Ángeles Férriz y Juan Latorre, dos perfiles interesantes, muy diferentes entre sí, que se patean la provincia en busca del apoyo de la militancia. Está complicada la integración a estas alturas y lo más sensato es que hablen los afiliados en unas urnas que están sin estrenar, porque este mecanismo de democracia interna se usó en la capital, pero nunca en la provincia. Una vez recogidos los avales, hay que tener en cuenta que lo realmente importante será el próximo domingo, porque una cosa es estampar tu nombre y tus apellidos en un folio en blanco y otra distinta es introducir una papeleta secreta en una urna. Nadie sabe quién ganará en esta batalla interna que luego costará recomponer y, sobre todo, sellar la paz.