Feliz Navidad

Surge un movimiento crítico con la capital que aspira a rivalizar con Erik Domínguez la Presidencia provincial del Partido Popular. Hay carta incluida a Sevilla, con respuesta y diálogo

23 dic 2025 / 08:00 H.

Ni todo lo que reluce es oro y tampoco lo que se ve en el monte es orégano. De alguna manera conviene introducir una crónica política en un momento que invita a la distensión, a los reencuentros y a las familias, en las que siempre hay garbanzos negros que deslumbran entre tanta fiesta. No hay más que ver lo que ocurre, a estas alturas del año, en la trastienda del Partido Popular de Jaén, con el sonido del eco en Sevilla incluido, una situación inesperada con la capital como hilo conductor. Existe movimiento de sillas en el salón de una casa que hay quienes la ven necesitada de renovación y, a las puertas de un congreso provincial sin fecha en el calendario, surge una alternativa que algunos —en femenino y en masculino— la ven seria y otros, sin embargo, un motivo para la risa.

A las claras. Un jiennense joven y sobradamente preparado quiere disputar la Presidencia provincial a Erik Domínguez en el segundo asalto del combate boxeístico de la eterna sede de San Clemente. Con una carta dirigida al “estimado señor” Antonio Repullo, secretario general del Partido Popular de Andalucía, un grupo de militantes muestra su inquietud en la introducción de una misiva con respuesta: “Los manifiestamente mejorables datos electorales que aquejan a la provincia vienen acompañados de síntomas que no podemos obviar: una creciente desafección militante, una desconexión entre la capital y las restantes cabeceras comarcales, así como una falta de ilusión que ya se deja percibir”. Y dice más: “Nos preocupa que Jaén capital se haya convertido en un foco de dudas, en un escenario donde la conducción política no transmite con claridad la unidad, la fuerza de proyecto ni la sensación de que el Partido Popular jiennense esté plenamente conectado con la gente, con su territorio y con sus inquietudes”. Ahí radica el “quid” de la cuestión, una ciudad sin un candidato claro y con un grupo municipal dividido desde la moción de censura que arrebató la Alcaldía a Agustín González. Ni que decir tiene que detrás del movimiento crítico hay versos sueltos que se quedaron en el camino de una poesía incompleta por culpa de unos resultados electorales que dejaron pendientes de abrochar la estabilidad del Gobierno local. Presente y, por supuesto, pasado muy presente, valga la redundancia lingüística.

El caso es que Sevilla devolvió la carta al aparato y se abrió la negociación interna entre quienes sueñan con aires de cambio y quienes rezan para el “virgencita que me quede como estoy”. La segunda en la dirección provincial, Elena González, recibió el encargo de amansar a las fieras y convertir las aguas revueltas en una balsa de aceite, que es lo que conviene en un partido que no sale de una cuando ya está metida en otra. No será fácil. La fusión entre los díscolos y la oficialidad es la única alternativa para evitar la división en un cónclave que lo más probable es que se celebre después de las elecciones autonómicas, con serias aspiraciones de Juanma Moreno de agotar la legislatura. El diálogo está abierto en canal y, aunque la Navidad se abre en forma de paréntesis e invitación a la reflexión, cada bando tiene claro cuál es su posicionamiento en un decálogo de medidas en la que destaca, como condición, ese 4x4 llamativo: cuatro años en un cargo y no más de cuatro cargos por militante.

Quedan por abrir dos melones más, el de las autonómicas y el de las municipales. En el primero no se esperan grandes cuitas. Todo parece indicar que Catalina García encabezará una candidatura en la que irá acompañada, en los primeros puestos, por Erik Domínguez y Maribel Lozano. El número cuatro será harina de otro costal, con nombres como Manuel Bonilla, Agustín González o el mismísimo Jesús Estrella encima de la mesa. Cada cosa a su tiempo. Ahora, Feliz Navidad.

Lealtad entre las instituciones y solución a los problemas

El alcalde de Jaén, Julio Millán, entregó la copia de una carta al máximo dirigente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, para exigir una promesa incumplida en la parte que le toca a la capital en los presupuestos autonómicos. Fue al final de la inauguración tardía del Conservatorio Superior de Música Andrés de Vandelvira, cuando los focos de las cámaras, salgo contadas excepciones, ya estaban apagados. Era una misiva que, en febrero, envió a la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Carolina España, en la que reclamaba la materialización de una promesa comprometida cuando era alcalde el popular Agustín González. El “quid” de la cuestión está en el pago de los 500.000 euros recogidos en los Presupuestos de la Junta para cofinanciar los proyectos europeos de Estrategias de Desarrollo Integrado Local (EDIL). Juanma Moreno, en un gesto de lealtad institucional que conviene destacar, respondió a la semana siguiente a su petición y entre todos buscaron la triquiñuela para introducir en las partidas de 2026 ese dinero encaminado a sacar adelante iniciativas que mejorarán la capital. Fue a través de una enmienda presentada por el Partido Socialista y pactada para que no hubiera “peros”.

EN CORTO. La ironía del alcalde de Carboneros

Es el alcalde de uno de los municipios más pequeños de la provincia en términos de población, Carboneros, pero sabe ingeniárselas para atraer el foco mediático y barrer para casa, que no es otra que su pueblo. Domingo Bonillo tiró de ironía para hacer política y envió al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, un décimo de lotería, con el número 18791, que simboliza la quita de la deuda que la Administración andaluza rechazó del Gobierno central, un dinero necesario para su municipio. Aprovecha el dirigente para recordar que lleva siete años a la espera de una visita del delegado territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, y de Universidad, Investigación e Innovación en Jaén, Francisco José Solano, al colegio que necesita un arreglo.