Entre el fango
Falta asunción de responsabilidades entre la clase política, no sólo por la película de realidad que supera a cualquier ficción en Valencia, sino por cuestiones del día a día que suceden en Jaén
Enfangados como estamos todos los que nos solidarizamos con la mayor catástrofe natural del siglo, con pegotes de barro que vuelan sobre las cabezas de quienes representan a unos ciudadanos rotos de dolor, el resto de lo que acontece en el mundo queda en planos secundarios de una película rodada en una realidad que supera cualquier tipo de ficción. Valencia es la que debe de centrar las miradas de quienes tienen potestad para gestionar una crisis en la que no hay quien asuma la responsabilidad para poner de moda una práctica que, aunque no esté de moda, existe: la dimisión. Está claro que los representantes institucionales, independientemente del signo político, han demostrado que no han sabido estar a la altura de las circunstancias y, sin embargo, son sus votantes, de cualquier color e insignia, los que han tapado, con su voluntariedad, sus propias vergüenzas. Habrá consecuencias, como las habrá en Jaén, una provincia que suma otro año más de despropósitos con unos presupuestos autonómicos que son más de lo mismo y que anclan al suelo la alfombra roja para que Jaén Merece Más deje al Partido Popular en la estacada en cuanto suene la flauta.
Tampoco habrá dimisiones en un territorio en el que unos hacen y otros deshacen sin que haya quien levante la voz de la discordia. No es que las cuentas de la Junta de Andalucía sean la solución del problema de fondo en un mar de olivos inundado de agravios, pero si el “martillo pilón” de la campaña electoral para conseguir el vuelco en el sur más oriental de España fue la histórica marginación, no es de recibo que, ahora, todo siga igual. Razones de sobra tienen los de la rúbrica ante notario para hacer añicos el documento que firmaron para lograr otro giro político, el de la Plaza de Santa María. El “quid” de la cuestión está en las dificultades para descomponer lo compuesto en unos sillones que nadie quería y que, con el paso de los meses, ya hay quienes han aprendido a retreparse en ellos como Dios manda.
La estrategia se centra, en este preciso instante, en echar la culpa a los demás, en forma de balones fuera, como si Jaén Merece Más no fuera protagonista en el equipo de Gobierno que forman sus tres concejales con los once del Partido Popular. El último ejemplo está en una nota de prensa enviada justo después del homenaje que la Diputación Provincial rindió al afamado arquitecto jiennense Luis Berges Roldán en el Palacio de Villardompardo, por cierto, con ausencia incluida del alcalde de la ciudad a la que se entregó este ingenio en sus casi cincuenta años de trayectoria e, incluso, de la primera teniente de alcalde, la que firmó un polémico comunicado que, además, resulta difícil de entender.
Al grano. María Espejo insta al Ayuntamiento de la capital a otorgar la Medalla de Oro al restaurador de los Baños Árabes de Jaén, es decir, se pide a sí misma algo que ella, como edil y presidenta del Patronato Municipal de Cultura, Turismo y Festejos, tiene la obligación de materializar. En primer lugar, falta evidente de asunción de responsabilidades en el cargo que ostenta. Y, en segundo, una arrogancia manifiesta ante un hecho que es público y notorio, porque Agustín González anunció, antes de que apretara el calor del verano, la intención de reconocer a Luis Berges con la máxima distinción que tiene Jaén. No es la primera vez que ocurre algo así. Llueve sobre mojado en una semana de fango, de tragedia, de elecciones presidenciales en los Estados Unidos de los aranceles y de incertidumbres que, al lado de Valencia, se quedan a la altura de una zapatilla.

María Cantos mata el gusanillo de la política en el Santo Sepulcro
Son las comparaciones odiosas y, además, poco tiene que ver el tocino con la velocidad, pero también vale un roto para un “descosío” y, entre el refranero, anda la exconcejala María Cantos en un nuevo “fregao” con el que mata el gusanillo de la política. Elegida vicegobernadora de la Insigne y Real Congregación del Santo Sepulcro y Siervos de la Orden Tercera de Nuestra Señora de los Dolores, es la encargada de Relaciones Institucionales y, en este sentido, empieza a retomar las relaciones que nunca perdió con los medios de comunicación. Abogada de profesión, está al tanto de todo lo que se cuece en la trastienda de los partidos y no puede decir nunca jamás cuando se le pregunta por su posible regreso al redil de lo público. Hay que recordar que, aunque tomó el acta de concejala con Ciudadanos, fundó un partido independiente llamado “Jaeneros”, que después denominó “Siempre Jaén”, una marca que sigue vigente y con la que nunca es tarde para volver. En Jaén Merece Más hubo quienes quisieron “fichar” a María Cantos en las pasadas elecciones municipales, pero fue fuerte la oposición de quienes consideraron que, después de dimitir como socia de Gobierno del Partido Socialista, estaba más que amortizada electoralmente.
EN CORTO. Manuel Carlos Vallejo mata el tiempo con Halloween
No es la primera vez, y probablemente tampoco será la última, que Manuel Carlos Vallejo, el exconcejal de Jaén Merece Más, aprovecha cualquier fiesta para convertir su vivienda particular en un verdadero parque temático. Con la boca abierta se quedaron los miembros del jurado de un concurso convocado por el Ayuntamiento de La Guardia con motivo de Halloween. Después de ver lo que vieron, ya no tuvieron que llamar a más puertas. El profesor universitario es un auténtico decorador de escenas de terror, sobre todo después de lo vivido en una corta pero intensa etapa política al frente de una de las administraciones públicas más endeudadas de España. Hay que sonreír, también en política.