En el punto de partida

Juan Latorre acude hoy en Córdoba a la primera reunión de los ocho secretarios generales del PSOE de Andalucía con su jefa, María Jesús Montero, para comenzar con la estrategia electoral

13 may 2025 / 08:00 H.

Lleva el Partido Socialista tiempo inmiscuido en una cuenta atrás que se hará más larga que un día sin pan. La próxima cita con las urnas es un reto en el sur de España, un bastión perdido y pendiente de recuperar que necesita una maquinaria perfectamente engrasada y con piezas propias de Inteligencia Artificial para conseguir volver a un punto de partida lejano y desafiante. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, tiene todas las encuestas a su favor y, conscientes en su partido de que gobernar desgasta, lo más probable es que intente jugar al escondite para pillar con el pie cambiado a su enemigo político más íntimo. Los socialistas se preparan para un posible adelanto de las elecciones autonómicas, previstas en junio de 2026, con María Jesús Montero entrenada para atravesar Despeñaperros un día sí y otro también. Hoy hará parada en Córdoba, donde se reunirá con los ocho secretarios generales del PSOE de las respectivas provincias andaluzas, algunos recién salidos del horno, para abordar la hoja de ruta de unas siglas que basan su estrategia en los aires de renovación.

Juan Latorre, líder de los socialistas jiennenses, estará presente en una cita en la que se verá las caras con sus homólogos en la comunidad autónoma después de un proceso de primarias en el que resultó elegido y salió reforzado. Él, el más joven de los ocho mandamases orgánicos, se encuentra a pleno rendimiento y preparado para abarcar todos los frentes abiertos encomendados, que no son pocos, porque, aparte de llevar las riendas del partido en ese proceso de relevo de Francisco Reyes, compagina la Alcaldía de Arjona con su estreno como vicepresidente primero de la Diputación Provincial de Jaén.

El camino está marcado en el mapa y ahora toca demostrarlo andando. El caso es que se presagia que la de hoy será una reunión trascendental, un comienzo de etapa en el que, entre todos, abordarán la situación política de Andalucía y de España para afinar con la maniobra electoral, porque esto no va de situar a unos y a otros en peldaños de privilegio, que también, sino de ganar votos y rendir cuentas. Los últimos resultados de las elecciones generales representan para el socialismo regional un halo de esperanza y, aunque el melón está cerrado a cal y canto, es el momento de la movilización de la militancia, convertida en el centro de las miradas después de una votación interna en la que quedó rescatada del olvido. El objetivo es convertir a la ministra de Hacienda en presidenta de la Junta de Andalucía, por cierto, muy pendiente de Jaén y protagonista en la moción de censura con la que el Partido Socialista recuperó la única Alcaldía que tiene en las ocho capitales andaluzas: Jaén. Dicen en su entorno que descuelga el teléfono antes de que suene el timbre y que, en este capítulo de la película provincial, está especialmente preocupada por el traslado del centro de salud de Cazorla al hospital comarcal.

La maquinaria está engrasada y en funcionamiento. Terminada la primera fase y destensionadas todas las tensiones propias de unas primarias, valga la redundancia, toca elegir a los secretarios generales de las agrupaciones locales antes de que llegue el 30 de junio. Esta semana, por ejemplo, toca renovar a Julio Millán en Jaén o a Lola Marín en Baeza... Sólo habrá pugna en los territorios comanches de la oposición y, en este sentido, el exponente del cuerpo a cuerpo estará en La Carolina, con dos concejales (hombre y mujer) pendientes de llegar a una candidatura de consenso. En Quesada, por ejemplo, también habrá renovación. Juan Latorre tiene tarea por delante. Una vez compuesta y con novio toda la cuestión orgánica en pueblos y ciudades, tocará pensar en la Diputación. Quizás exista la posibilidad de cambiar la dinámica de Jaén y, por primera vez, hacer que un alcalde sea presidente. Tiempo al tiempo.

El efecto “Jaén” y el Ministerio de Hacienda en los ayuntamientos

El Partido Socialista y Jaén Merece Más gobiernan juntos en el Ayuntamiento de Jaén gracias a un acuerdo económico con el Ministerio de Hacienda que permitirá reducir la deuda municipal y aliviar las arcas para poder sacar adelante proyectos que, en este momento, resultan inviables. No es una quita, sino una renegociación cuyo efecto se expande por el resto de administraciones locales de España. El Ayuntamiento de Gandía, según el diario “Levante”, se ha librado de una deuda económica que, en este momento, se sitúa en los 257 millones de euros. No es exactamente así, pero la verdad es que ha conseguido el sueño de acordar con el Ministerio de Hacienda un plan de devolución que no afectará ni a las inversiones ni a la prestación de los servicios municipales esenciales. El pacto se resume en un ampliación del plazo que tiene el equipo de Gobierno para devolver en cuarenta años lo que antes tenía que hacer en veinte. “El milagro, o el sueño cumplido, lleva el nombre de una ciudad andaluza, Jaén”. Esta frase, publicada en el periódico valenciano, denota la fuerza que tuvo aquella moción de censura que arrebató la Alcaldía de la capital jiennense al Partido Popular, la única de las ocho de Andalucía.

El tranvía de Jaén, cada vez más cerca

Ya no valen las excusas. El Ayuntamiento de Jaén cumplió con su obligación, envió la documentación pendiente a la Junta de Andalucía y, ahora, toca cumplir con lo prometido. Ya está toda la maquinaria en funcionamiento para que el tranvía quede totalmente desbloqueado antes de que cante el gallo y los ciudadanos esperan una muestra de buena gestión con los trenes en la calle antes de que termine el año. Apremia el tiempo y, aunque las reparaciones están prácticamente terminadas, la cuestión de la explotación no será cosa de coser y cantar, además del aprendizaje a convivir con un modelo de transporte que hizo que, durante demasiado tiempo, las vías se usaran para lo que no se construyeron. Habrá que estar vigilantes y, por supuesto, aplaudir si hay que hacerlo.