Un parking en El Almendral

    27 mar 2024 / 08:40 H.
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    Los vecinos de El Almendral son ejemplo de civismo, compromiso con el territorio y convivencia. Ellos se han ganado a pulso la conversión de un modesto barrio, de gente trabajadora y humilde, en uno de los más visitados de la ciudad. La idea de pintar las paredes de murales por artistas de reconocido prestigio es sólo una de las medidas impulsadas por sus residentes, con la asociación Entre Cantones como líder de la organización de un sinfín de actividades encaminadas al embellecimiento de la zona baja del Castillo de Santa Catalina. Se trata de un enclave privilegiado que nada tiene que ver con lo que había hace apenas dos décadas, de tal forma que hasta la vivienda se ha revalorizado, no hay casas vacías y se acabó la okupación. Sin embargo, sí hay una preocupación que, si no se ataja, puede suponer un paso atrás en todo el camino recorrido: la falta de aparcamientos. Los máximos representantes políticos reconocen el problema e, incluso, en sus programas electorales incluyeron proyectos que aportan soluciones, pero pasa el tiempo y nadie mueve ficha en torno a un barrio necesitado de cariño institucional. No vale con promesas, hacen falta realidades, por lo que es importante que quienes trabajan desinteresadamente por el bien de la capital reciban respuesta lo más rápidamente posible para no caer en el desencanto. Los barrios son el alma de las ciudades, los que dan vida, aportan dinamismo y hacen vecindario, un pequeño pueblo dentro de Jaén que conserva la tradición de tomar el fresco en las puertas de las casas, de ayudarse entre sí, de regar las plantas de las calles, de pintar sus aceras, limpiar el entorno y mantener y realzar la belleza de una zona que estaba prácticamente abandonada.

    Editorial