Tolerancia e integración

    18 jul 2025 / 09:13 H.
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    El desorden público se adueña del municipio murciano de Torre Pacheco, donde hay que hacer un llamamiento a la calma para reconducir una situación que se complica conforme avanzan los días. Una concentración no autorizada se saldó con más de una veintena de denuncias y numerosas identificaciones y, aunque se vivieron escenas de máxima tensión, lo cierto es que funcionó el despliegue policial organizado. Los vecinos intentan volver a la normalidad en sus trabajos y en sus casas, aunque está claro que existe temor a que se repitan episodios que no casan con la tolerancia y el respecto que impera en un país democrático como España, lo que hace que todas las alarmas estén encendidas y en guardia permanente los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. El problema desatado en este municipio es el reflejo de una irresponsabilidad política que arrastra a los ciudadanos con un programa envuelto en populismo falto de principios básicos para la convivencia. La inmigración representa un treinta por ciento de la población de Torre Pacheco. Muchos de los extranjeros, incluso, son nacidos en este territorio, forman parte del paisaje murciano desde la cuna y con su trabajo contribuyen al crecimiento económico de la comunidad. Lo primero que hay que hacer es esclarecer los hechos que originaron una sucesión de altercados, depurar responsabilidades y que caiga el peso de la normativa penal sobre las personas que agredieron a un sexagenario. Nadie debe tomarse la justicia por su mano y, ante tiempos tan convulsos, los responsables políticos deben atemperar con sus mensajes. El rechazo invisible dificulta el arraigo de una población hermana que necesita integración.

    Editorial