Mensaje de unidad a Europa

    27 sep 2025 / 09:09 H.
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    El sabio refranero popular dice que cuando el olivar tose, la provincia se resfría, una expresión que demuestra la excesiva dependencia de la economía jiennense del fruto que dan los casi sesenta y siete millones de olivos que singularizan un paisaje con aires de internacionalización. La situación para producir aceite de oliva, el más reclamado y con mayor prestigio en todo el mundo, es cada vez más complicada, con costes de producción por las nubes, trabas burocráticas, falta de relevo generacional y amenazas arancelarias que dificultan las previsiones de quienes apuestan por la comercialización en el exterior, además de las consabidas inclemencias meteorológicas que tanto afectan a la aceituna. En este sentido, todo lo que pase en Bruselas repercute en el bolsillo de los jiennenses, que son los que, hasta ahora, se llevaban el trozo más grande de la tarta, merecidamente, en términos de productividad. El problema es que los tiempos han cambiado, cada vez hay más países para repartir y el dinero de los fondos de resiliencia que obligó a inventar la pandemia del coronavirus hay que sacarlo de debajo de las piedras, por lo que existe una amenaza real de reducción de ayudas que hace temblar los cimientos de la agricultura jiennense. El rechazo de todos los partidos políticos con representación en el arco parlamentario europeo tiene que ser unánime y, además, con un mensaje de unidad. La Política Agraria Común no se puede debilitar en un momento tan complejo, con los agricultores y ganaderos al límite en su nivel de vida. Si Jaén deja de percibir un veinte por ciento menos de lo que recibe actualmente de Europa se resentirá aún más en un contexto de suma y sigue.

    Editorial