Mejora de la sanidad pública

    27 oct 2025 / 08:23 H.
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    El último Barómetro publicado por el Centro de Estudios Andaluces (Centra) sitúa la sanidad como la principal preocupación de los ciudadanos, por encima del paro, que es una de las inquietudes que se repiten cada año. Se trata de un problema de especial sensibilidad al que los representantes políticos deben temer, porque saben que les puede costar ganar o perder las elecciones. No hay más que recordar lo que ocurrió en el sur de España en 2018, cuando Juanma Moreno consiguió dar un giro a la política autonómica en medio de un mar de críticas hacia la situación en la que se encontraban hospitales y centros de salud, un fenómeno que se repite con la crisis de los cribados de cáncer de mama y que todavía hay margen para la reconducción.

    Sin lugar a dudas, este giro en las prioridades ciudadanas plantea un desafío para el Gobierno andaluz, que deberá afrontar no sólo la gestión de una polémica latente, sino también la percepción creciente de deterioro en el sistema de salud pública mientras se levantan hospitales privados en las ocho provincias. Cuando se hizo el estudio, todavía no había saltado a la luz pública el grave problema de los diagnósticos en las mujeres. Sin embargo, los andaluces consultados consideran que la calidad de la atención sanitaria es el principal escollo que tiene, en este momento, nuestra comunidad y reducen su apoyo electoral al Partido Popular hasta el punto de cuestionar su mayoría absoluta si hoy se celebrasen las elecciones. El Partido Socialista, con firme intención de recuperar lo perdido, intenta aprovechar la coyuntura y moviliza toda su maquinaria para poner el dedo en la llaga y, aparte de denunciar públicamente la situación en la que se encuentra el sistema, sacar rédito político a la crisis de gestión evidenciada. Más allá del debate electoral, lo importante es la lección que están obligados a asumir quienes dirigen el barco para poner encima de la mesa soluciones que permitan garantizar la asistencia sanitaria en todas las consultas, con menos listas de espera y un orden organizativo más que cuestionado.

    Editorial