La lucha de los temporeros

    01 dic 2025 / 08:29 H.
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    La llegada de temporeros este año para trabajar en las labores de recolección de aceituna se adelantó más de lo previsto. La mermada vendimia de Castilla-La Macha hizo que los trabajadores, algunos inmigrantes sin documentación, intentaran encontrar un hueco en el “verdeo” que en los último años genera jornales en el campo jiennense. El problema es que las administraciones públicas con competencias en la materia no estaban preparadas para prestar asistencia y se produjo un colapso en los dispositivos habituales que organizaciones como Cáritas tienen en toda la provincia. El principal problema se detectó en Jaén, que suele ser el lugar de entrada y de retorno para quienes persiguen trabajar durante la temporada oleícola.

    El Foro Provincial de Inmigración estableció el 15 de noviembre como fecha de apertura de los albergues de pueblos y ciudades. Sin embargo, la presión ciudadana y social obligó al Ayuntamiento a adelantar la inauguración de las 170 camas que se añaden al dispositivo especial que alberga el Centro de Transeúntes. No fue suficiente y Cáritas Interparroquial tomó la decisión de improvisar un plan de emergencia en las instalaciones de personas sin hogar que tiene en la Avenida de Madrid, conocidas como “Nuestra Buena Madre”, que permanecerán abiertas hasta que se dé por finalizada la excepcionalidad. Se trata de otras 37 camas, en la primera planta, en las que sólo se permite dormir y cargar los teléfonos móviles, que no es poco en la situación en la que se encontraban muchos de los temporeros. Todavía hay muchas cooperativas sin abrir y, sin embargo, no para de llegar mano de obra dispuesta a trabajar en los tajos, algunos en situaciones de precariedad laboral y en circunstancias propicias a la denuncia. Hay que hacer un llamamiento al tejido empresarial para que quienes contratan sean responsables y den respuesta a unas condiciones mínimas de habitabilidad que dignifiquen a las personas que lo único que buscan es trabajar a cambio de dinero. Los municipios de alrededor de Jaén deben arrimar el hombro.


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