La gran fiesta de la lectura

La capital abre las puertas a la lectura, tan olvidada en los tiempos de la inmediatez y el mensaje corto, a través de la Feria del Libro, una muestra cultural que se celebra en la calle Roldán y Marín, hasta el 18 de mayo, en forma de escaparate para que los autores jiennenses puedan dar a conocer sus últimas novedades literarias. Se trata de un acontecimiento consolidado que, además, cada año gana en participación y público, una oportunidad para incentivar también las ventas y contribuir a que las librerías sean parte importante del paisaje de Jaén. Cada vez hay menos y, sin embargo, cunde la ilusión entre quienes dirigen esos lugares de obligada visita.

Más de un centenar de actividades se encadenarán en estos diez días de culto a la lectura. Destacan las presentaciones y firmas de libros, aunque también conforman la programación otro tipo de actos como encuentros con escolares, cuentacuentos o magia. La feria cuenta con 24 casetas, lo que supone cuatro más que el año pasado. Además, tres están reservadas para firmas. Uno de los retos de la presente edición, la número 38, es superar los 4.300 ejemplares vendidos el año anterior. El éxito dependerá de los propios ciudadanos, que son los que engrandecen con su presencia cualquier acción cultural organizada en territorio jiennense.

La creación literaria está de moda desde que estalló la pandemia del coronavirus, cuya producción fue refugio para quienes tenían esa espinita clavada de escribir y publicar un libro. Sin embargo, el reto está en incrementar los índices de lectura en una de las comunidades autónomas de España con los valores más bajos de toda Europa. En este sentido, el papel que desempeñan las familias es crucial, lo mismo que los docentes, que están obligados a ir más allá de las asignaturas y ampliar la motivación del alumnado por leer. Es la única manera de conseguir que las nuevas generaciones adquieran conocimientos y se desarrollen de una manera crítica para afrontar el mundo con otra mirada.