Infraestructuras energéticas
Uno de los principales problemas que plantea el territorio jiennense para las empresas que en él quieren instalarse tiene que ver con la escasez de infraestructuras de comunicación, sobre todo las ferroviarias, porque la red de carreteras avanza, aunque el ritmo no sea el deseado. Sin embargo, hay otro déficit importante que lastra la economía y ralentiza el crecimiento. Se trata de las instalaciones energéticas. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico tiene una propuesta encima de la mesa encaminada a impulsar el desarrollo empresarial y el despliegue de energías renovables en la provincia. La previsión de una línea eléctrica de 400 kV entre Baza, Úbeda y Manzanares, por el Noroeste, es un paso hacia adelante, sobre todo después de tantos años de inmovilismo. Sin embargo, el proyecto está lejos de las necesidades reales. El Consejo Económico y Social de la provincia de Jaén propuso la bifurcación en Úbeda en ese nuevo trazado, es decir, de tal forma que una rama se prolongaría hasta la subestación de Guadame, en Marmolejo, con el objetivo de cerrar el arco de 400 kV con dicha infraestructura. La otra rama continuaría por Villanueva del Arzobispo hasta el límite con la provincia de Albacete, en el eje de la A-32, para su posterior conexión con Manzanares. Se trata de una iniciativa estratégica que, en un futuro, permitirá reforzar el desarrollo industrial del eje de la A-4, actualmente condicionado por la falta de potencia eléctrica, fundamental para el impulso de la generación de energías renovables, especialmente a partir de subproductos del olivar, biomasa forestal y fotovoltaica, beneficiando a polos industriales como Bailén, Guarromán, Linares y La Carolina.