Y ahora, ¿qué?

    02 jul 2025 / 10:34 H.
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    Una frase: “Y ahora, qué, comandante?”. Eso le preguntó el Che Guevara a Fidel Castro tras terminar la Revolución de Cuba y hacerse con el poder en La Habana. Lo mismo estarán interrogándose miles de aficionados del Real Jaén después de alcanzar una ilusión perseguida durante nada menos que doce años, el ascenso de categoría. Lo primero es tener bien claro, tanto afición como directiva y plantilla, que el objetivo del club de la capital jiennense, por volver al lugar que le corresponde en el fútbol español, no se ha cumplido aún cumplido con subir a la Segunda Federación. Es decir, la ilusión de todos continúa. Eso es algo fundamental. Por ello, los seguidores debemos seguir acudiendo en masa a La Victoria durante la próxima temporada, porque cada partido será una final de cara a alcanzar la Primera Federación, más acorde con la grandeza de nuestra entidad deportiva, lo antes posible, pero sin prisas ni exigir que sea ya sí o sí.

    No hay que dejarse llevar por la euforia actual para marcarse otro ascenso consecutivo como algo obligatorio. Lo importante ahora es recuperar y consolidar esa masa social que tiene y había perdido el Real Jaén por tantos disgustos y decepciones en la última década. En ello juega un papel fundamental la directiva del club jiennense, que debe mantener la cabeza sobre los pies en el tema económico, pero volcarse al máximo en atraer a todos los aficionados durante estos años de dolorosa travesía del desierto, pero tanto en la capital como en el resto de la provincia, donde nunca se han llevado a cabo campañas de promoción y acercamiento al equipo de fútbol más representativo de Jaén, que por ello lleva el nombre de nuestra tierra. Acuerdos con el resto de entidades deportivas del resto de nuestros municipios, visitas, partidos amistosos y otro tipo de actividades en estas municipios, serían algunas de las iniciativas aconsejables para ello, junto a pedir la colaboración de sus ayuntamientos y, cómo no, la Diputación Provincial. El apoyo del sector empresarial privado, sobre todo el oleícola, es también fundamental. Qué mejor forma de promocionar nuestro aceite de oliva qué ésta. No sería mala idea promocionar nuestro “oro virgen” en cada una de las localidades donde juguemos, ademas de tener alguna deferencia u obsequios de este valiosísimo producto alimenticio con las aficiones contrarias, tanto en los compromisos en casa como fuera. Haríamos así amigos, clientes y consumidores, a la vez.

    La recuperación de la rivalidad con el Linares Deportivo es otro aliciente que deben aprovechar la próxima temporada las dos entidades jiennenses. Dos encuentros que podrían estar enmarcados en jornadas de convivencia y promoción deportiva interior y exterior de nuestra provincia. Es fundamental también desglosar un presupuesto razonable, basado más en aumentar los ingresos que en disparar los gastos. Para ello, los dirigentes del Real Jaén deben poner precios asequibles para los abonos, porque capacidad en el Nuevo Estadio de La Victoria hay de sobra para ello, además de abaratar más los de sectores sociales menos pudientes y fomentar y promocionar los carnés de socios familiares. El aspecto deportivo es mejor dejarlo para los técnicos que saben de verdad de fútbol, pero sin que pierdan la perspectiva de la humildad del club y de la nueva categoría, y de que éste es un deporte de equipo, para no derrochar con fichajes de supuestas figuras que vuelvan a hipotecar y arruinar a la entidad. Creo también que sería acertado mantener la confianza a la mayoría de los miembros de la plantilla que acaban de lograr el ascenso, porque mantener el bloque es algo fundamental cada temporada. La ilusión nos sigue persiguiendo, porque los aficionados del Real Jaén tenemos todavía muchos sueños que cumplir. Que la euforia actual no nos desvele. Así sea.

    ANTONIO CEPEDELLO / Jaén

    Sueños de mar

    Recuerdo que el sol brillaba con fuerza aquel verano. El aroma a hierba recién cortada impregnaba el aire, mientras las risas de los niños llenaban el ambiente. Era una tarde llena de promesas y aventuras por descubrir. Mis pies descalzos se hundían en la suave arena de la playa, mientras el mar acariciaba mis tobillos. Recuerdo que, en ese momento, sentía una profunda sensación de bienestar y felicidad, como si el tiempo se hubiera detenido solo para permitirme disfrutar de aquel instante mágico. Un instante que culminó cuando, poco a poco, me adentré en esas aguas heladas y tan transparentes. A veces, algo surgía del fondo por el arrastre de arena o la grasa de los barcos. Me estremecía al cubrirse mi piel de la sal tan saludable y de las aguas tan frías que me ponían los pelos de punta. Además, agradecía el suave balanceo del movimiento marino cada vez que las olas chocaban contra el montón de arena acumulada en la orilla, como si fueran montañas que dificultaban la salida de la gente, pero que hacían del baño una experiencia relajante. Aparte, recuerdo también que, en esa hora tardía, caminaba sosegada entre la arena, mojada y seca, ardiente entre piedras y charcos, entre trozos de almejas y caracolas. Mojándome los pies con el constante ir y venir de las olas que salpicaban y me obligaban a retirarme involuntariamente cuando se acercaban con furia. Y, a lo tonto y a lo loco, el dificultoso caminar se alargaba demasiado, más y más lejos, hasta que decidí volver hacia el punto de partida, esta vez a nado.

    Recuerdo otros momentos de relax, felicidad y tranquilidad que pasé cerca del mar aquel inolvidable verano. Soñé, o sí, con los ojos cerrados. Soñé infinidad de cosas bonitas que me hicieron olvidar, repito, me hicieron ver que la realidad no existía. Mi mundo no era real; pertenecía a otra época, a otro mundo totalmente diferente. Y me sentí flotar en el aire, en esa brisa marina que masajeaba constantemente mi piel bronceada mientras me relajaba y me hacía sonreír como una boba.

    ANA CACHINERO / Jaén

    Jaén, Linares y Quesada

    Quiero aprovechar la oportunidad que me brinda Diario JAÉN para expresarme sobre el tema de Juanma Porro. Las cosas hay que verlas en el entorno, el momento y la ocasión. Entiendo que en un momento de euforia como es un ascenso y, sobre todo, conseguir un gol clave para el equipo, haya tenido un comportamiento fuera de lugar. Y empañar lo que llevado a cabo. Pero es algo que le puede ocurrir a cualquiera. A un servidor le ha ocurrido no en una, sino varias veces. ¿Solución? Sólo hay dos: rectificar en la medida de lo posible y pedir perdón públicamente, pasar página cuanto ante y pensar en la próxima temporada. Estoy seguro que la afición del Linares Deportivo olvidará todo esto. Y pensar que es todo un lujo tener un equipo de la capital de la provincia en una categoría bonita donde la haya, además de recuperar ese clásico provincial Real Jaén-Linares Deportivo y viceversa es algo único. Para terminar, desear muchísima suerte tanto al Linares Deportivo como al Real Jaén, ya que son un gran seguidor de ambos conjuntos. Y a usted, Juanma Porro, gracias por ser querido por todos. Espero que esto sirva de algo para los dos equipos, y, sobre todo, a disfrutar de la temporada.

    JOSÉ ÁNGEL RUSILLO / BAILÉN

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