Solos ante la ciberseguridad

Nos han empujado a vivir en un mundo digital donde todo pasa por el móvil y el correo electrónico. Pero, mientras nos exigen rapidez y eficacia, nadie nos garantiza que nuestros datos estén realmente protegidos. Llevamos años escuchando discursos sobre privacidad y protección de datos, pero la realidad es que las filtraciones se multiplican. Empresas que obligatoriamente reciben nuestra información acaban exponiéndola, y los ciudadanos somos quienes pagamos las consecuencias: cancelaciones de tarjetas, riesgos de fraude y una permanente sensación de vulnerabilidad. ¿Dónde está la responsabilidad? ¿Quién responde por los daños causados? La respuesta, de momento, es nadie. Y eso nos deja en una clara desigualdad frente a quienes gestionan nuestros datos sin asumir las consecuencias de sus fallos. Es hora de que las filtraciones de información tengan un impacto real en la actividad y en las cuentas de las empresas. Solo cuando proteger nuestros datos deje de ser un simple requisito legal y pase a ser una obligación con consecuencias económicas, dejaremos de estar solos ante la ciberseguridad.

PEDRO MARÍN USÓN / ZARAGOZA