San Lucas y la Virgen de la Capilla
Hay dos ferias importantes en Jaén: San Lucas y la Virgen de la Capilla. El 18 de octubre se conmemora a San Lucas y se celebra a lo grande: con alboroto y regocijo a la vez que se pide su protección, porque Jaén precisa de una intensa asistencia; y si de la humana adolece habrá que recurrir más hondamente a la divina a través de San Lucas y de la Virgen.
Iniciaba estas líneas rememorando a las dos festividades. Entre ambas existe una notoria comunión que hace que Jaén sea privilegiada. Singular vinculación que se trasluce en la redacción del tercer evangelio, el atribuido a San Lucas. Los exégetas han concluido en un razonamiento que se considera como muy posible y acertado: La profusión de datos relativos a la Virgen María, a San José y a la infancia del Señor proceden de una fuente de alguien que conocía perfecta y detalladamente el pasado de la Sagrada Familia. Y si San José había muerto antes del comienzo de la vida pública de Jesús, la persona que guardaba todo “esto en su corazón” no podía ser otra que la Virgen María. Por eso yo me imagino a la Virgen sentada en su hogar y a sus pies San Lucas escuchando atentamente los relatos que luego transcribiría.
Y esta es la grandeza de la doble fetividad de Jaén: la Virgen de la Capilla sentada en su sede de San Ildefonso y a los pies San Lucas escucha atentamente sus palabras. ¿Y de qué hablan ahora?: de Jaén, de sus olivares, de las preocupaciones de los jaeneros o jiennenses... de tantas de sus cosas; pero también de lo olvidadizos que a veces se muestran con sus devociones, recordados únicamente en fechas señaladas. Aun así, reconocen su bondad natural y se sienten satisfechos de ellos.
JUAN ANTONIO NARVÁEZ / ÚBEDA
Enemigo en puertas
el planeta tiene un enemigo común: el cambio climático. Lo estamos viendo y sufriendo en carne propia con temperaturas insoportables, incendios, sequías, inundaciones y lluvias torrenciales. Son señales de un tiempo que nos recuerda que el futuro ya está aquí. La llegada del fenómeno de El Niño augura para la península ibérica un escenario de sequías y temperaturas entre cinco y ocho grados por encima de la media. El clima, más que nunca, se ha convertido en tema de conversación cotidiana. Ya no sorprende que el “Buenos días” se sustituya por un “¿Qué tal has dormido?”, cuando el calor impide conciliar el sueño.
Descansar se ha vuelto un lujo. A los problemas sociales y económicos se suma un clima extremo que nuestro cuerpo y nuestras ciudades no están preparados para soportar. Mientras tanto, este enemigo común avanza sin recibir la atención necesaria. Los poderes públicos parecen más centrados en disputas políticas y jurídicas que en escuchar a la ciencia o actuar con decisión ante la emergencia climática.
Como dice el refrán: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.” En nuestro país sobran palabras y promesas, pero falta acción real frente a un enemigo que ya está en la puerta.
PEDRO MARÍN / ZARAGOZA
Señor Peinado: ¿también me demandará?
parece que para el juez Peinado la crítica es un delito. En lugar de garantizar derechos, abre querellas a periodistas, políticos y ciudadanos que se atreven a cuestionar su más que polémicas instrucciones. ¿No es grave que la Audiencia de Madrid le haya corregido más de una decena de veces por imputaciones sin base, registros injustificados o actuaciones desproporcionadas? ¿No es grave que el Supremo haya tumbado su intento de imputar al ministro Bolaños por un informe incompleto?
Peinado no ha rendido cuentas disciplinarias más allá de correcciones procesales y sigue en su puesto, sin sanción notable. Eso demuestra que el sistema tiene fallos estructurales: decisiones judiciales escabrosas, correcciones posteriores, pero ninguna consecuencia real a quien las produce. ¿No es grave el tiempo y dinero público perdido en estas chapuzas? Si estuviera en una empresa privada, le pondrían en la calle. Peinado ha admitido denuncias sin pruebas, con recortes de prensa derechista como único sustento para iniciar una investigación general y prospectiva —práctica ilegal en el ámbito penal—, mientras tiene “olvidos procesales” que benefician a la derecha. Y, entretanto, se querella contra quien opine. ¿Esto es justicia o activismo togado?
¿Se le puede criticar? Por supuesto. Porque, en democracia, los jueces también deben responder ante la opinión pública cuando su independencia parece mezclarse con ideología que utiliza la justicia como arma mediática; por avanzar investigaciones sin soporte; por tolerar imputaciones irregulares; por prorrogar una y otra vez instrucciones, por ignorar dictámenes de instancias superiores. Lo que algunos jurisconsultos comentan, y lo que yo digo, es menos grave que lo que su historial procesal revela. Se asemeja a un abuso sistemático de una potestad que debería ser moderada, con responsabilidad.
MIGUEL FERNÁNDEZ-PALACIOS GORDON / MADRID
Grandes diferencias
hace poco retiraron de un jardín de Ciudad de México una escultura de Fidel Castro con el Che Guevara; por represores, aunque no sin alguna polémica. Ahora, en un jardín cercano al Capitolio, ha aparecido otra estatua en la que Trump da la mano a su ex amigo Epstein, un delincuente sexual suicidado en la cárcel (otros dicen que asesinado, para que no hablara); estatua quitada por la policía “por no tener permiso”.
JAUME MIT PAU / barcelona