Nuestro mundo tiene que hermanarse
El gozo es grande en la tierra. Todos estamos atónitos. El nuevo Papa ha vertido la esperanza de la concordia en todas sus presentaciones. Mi visión, al respecto, es que lo han entendido en todos los idiomas. Estoy seguro que, su espíritu reconciliador, unirá vínculos fraternos y conciliará pulsos divididos. Sea como fuere, necesitamos caminar unidos como jamás, con el brío de un humilde hacendoso en la cepa de un globalizado orbe, que requiere aunar latidos y aplacar tensiones, para proseguir el camino del entendimiento; y, así, poder respirar todos los mortales ese calor auténtico de amor, que vierte el hogar del verso y la palabra. En consecuencia, hay que volver al corazón, revolverse contra sí mismo en ocasiones, despejar caminos y gestar horizontes que nos armonicen.
La sociedad está plagada de cruces que nos desconciertan e impiden repensar los momentos. Quizás tengamos que perdernos en soledad y en silencio por los diversos cauces de lágrimas, para reencontrarnos y reconocernos como gentes en ronda, que requieren de un ánimo lírico en conjunción con otros movimientos. El mal no puede destrozar nuestro inmaculado verso, que somos. El amor nos precede, dejémonos amar uniéndonos entre sí para curar todas las heridas, que nos hacemos unos a otros. La humanidad tiene que hermanarse, no ahorcarse, hasta compenetrarse con su propio inspirador celeste. Indudablemente, precisamos de otra iluminación más del alma que del cuerpo, para construir puentes y reconstruir pasos, que nos lleven a la concurrencia.
Precisamente, esa mirada limpia, universal, serena y acariciadora de su Santidad el Papa León XIV, la primera persona de Estados Unidos que dirige la iglesia católica, aunque también posee la nacionalidad peruana tras trabajar en misión en el país latinoamericano durante muchos años, así como las raíces antecesoras de otros continentes, es lo que nos debe hacer reflexionar con sentido humanitario, para hacer frente a la complejidad del momento que vivimos. En efecto, nuestro planeta requiere de las voces más firmes en favor de la unidad, la dignidad humana y la compasión, sin obviar en ningún momento la justicia social. A pesar de la rica diversidad de orígenes y creencias, la ciudadanía en su conjunto debe compartir un objetivo común: que la conciliación nos abrace a todos.
Los movimientos religiosos y las religiones han tenido siempre un papel fundamental en la propia historia humana. Fue notable el caso del budismo, que tuvo una influencia considerable en las primeras rutas comerciales; y que, ahora la Unesco está implementando con un apasionado proyecto para desarrollar una ruta sobre su patrimonio, para el desarrollo del turismo sostenible en Asia Meridional. Es precisamente este diálogo intercultural, estos encuentros contemplativos de reflexión común, lo que favorece el diálogo y la comprensión mutua. El actual Papa, también lo subraya con sus originales gestos, recorriendo los senderos de la entereza y contando con la ayuda divina, que es el que sabe abrir caminos de alianza, donde no lo logran los seres humanos.
Naturalmente, en nuestra época, vivir este vigor es aún más ineludible. Hacen falta faros de luz para que las tinieblas se disipen; puesto que, con las armas no se conseguirá, es preciso activar la temática del encuentro, que es lo que nos permitirá ahondar en la situación del planeta y valorar cuál ha de ser el esfuerzo que hemos de realizar conjuntamente. Estoy convencido que, el flamante Pontífice, será una persistente voz de hermandad, que nos allane el pasaje de la plática en medio de las muchas crisis que nos asolan. Por eso, creo que es esencial que él hablase de paz y la promueva, alimentando y alentando la cultura al abrazo sincero y el culto al amor auténtico; escuchándonos de lleno, ya que toda persona ha sido creada a imagen y semejanza del Creador, cuestión que jamás debe olvidarse.
VÍCTOR CORCOBA
Donald Trump mete la pata física
por supuesto que Trump, todo un récord al respecto, ha metido la pata, ha errado en muchos y gravísimos temas. Pero ahora, con la excusa de poder estirar mejor sus piernas, quiere aceptar que la familia real catarí le regale un Boeing 747-000, de unos 400.000 millones, y quedárselo cuando no sea presidente. Como es normal, la ley prohíbe que un funcionario reciba un regalo de valor de otro país y no hay precedente ningún “obsequio” equivalente en EE UU. Democracia ¿dónde estás? ¿No has estirado ya la pata?
DIEGO MAS / MADRID
La oligarquía
No hace falta ser muy inteligente para comprender cómo los millonarios se hacen con el poder de la política y cómo los menos millonarios utilizan la política para hacerse millonarios a través de la corrupción. El ejemplo lo tenemos en Rusia y ahora en la América de Trump. Al hombre más rico del mundo, Elon Musk, lo hemos visto con una motosierra, para demostrar que estaba dispuesto a disolver la burocracia, para hacer su país más eficiente, pero ¿eficiente para quién? Seguramente para los intereses de los más ricos. Trump seguramente se ha inspirado en Putin, que está rodeado de millonarios donde la democracia parece que no contiene leyes. La oligarquía está formada por personas con una gran riqueza, poder e influencia amenazando claramente la democracia. Si hablamos o escribimos sobre la oligarquía, el punto de referencia es Putin, pues está rodeado de millonarios que poseen grandes mansiones, súper yates, valiosos coches y clubes de fútbol, explotando a la nación. Rusia es el ejemplo de la oligarquía, las votaciones no son limpias, y los rivales son aniquilados. En América, Donald Trump, con una gran riqueza, junto al hombre más rico del mundo y un gobierno formado por millonarios, está renovando por completo su país, favoreciendo a los más ricos.
RAMIRO SAMPEDRO
Mi película favorita
No todos tenemos una película favorita única, pero podemos disfrutar de diferentes géneros y encontrar historias que nos atrapen por diversos motivos. En mi caso, me gustan las comedias, los dramas, las aventuras y las películas de vaqueros. Cada uno de estos géneros ofrece algo único. Las comedias te permiten reírte y pasar un rato agradable, olvidándote del estrés diario. Los dramas te emocionan, te hacen reflexionar y te conectan con las emociones de los personajes. Las aventuras te transportan a otros mundos, te llenan de adrenalina y te invitan a explorar lo desconocido. Y las películas de vaqueros te trasladan a la historia del salvaje oeste, con sus paisajes desérticos y emociones fuertes. En resumen, las películas tienen el poder de llevarnos a otros mundos, hacernos reír o llorar, y conectar con nuestras emociones. ¿Cuál es tu película favorita y qué te hace volver a verla una y otra vez?
ANA CACHINERO / JAÉN