León XIV

La palabra más acertada no sería valentía. Hace falta tener el alma de un buen guerrero para ser el líder y la cabeza visible en una dura batalla si te enfrentas desarmado y sin munición, pero es que a veces la guerra no se gana con armas o con violencia. Lo fácil es creerse fuerte detrás de un grupo de secuaces o ejército que escude la falta de esa fortaleza, más aún, si en desventaja, van completamente armados, cualquiera podría ser ese tipo de personaje perfectamente prescindible, y de estos por desgracia estamos bien servidos. En cambio, un verdadero líder es aquel que se responsabiliza emocionalmente desde la honestidad y desde el respeto hacia los demás mirando a los ojos. Sus actos serán los que consoliden esa madurez o inmadurez, y los que determinarán su valor y la capacidad que demuestren que se trata de un verdadero héroe. Una guerra superada con un despliegue de medios inocuos que hayan hecho favorecer la plenitud de su reino es una batalla que merece ser justamente ganada. Hablamos entonces no de un guerrero, sino de un mago. Un mago es el que hace aparecer de la nada, es el que transforma la oscuridad en luz, el que convierte el dolor en crecimiento y el odio en amor. Ese es el que tiene el mayor de los poderes, por eso la palabra más acertada es Magia.