La princesa Hacker

    10 sep 2025 / 08:35 H.
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    En el corazón del reino fantástico de Sicilia, donde los castillos se alzaban junto a laboratorios de cristal y las redes digitales latían como venas de magia, vivía Valeria, una joven estudiante de ingeniería informática. Su mente brillaba con destellos de genialidad, pero lo que más la distinguía era su hábito de escribir pequeños mensajes de aliento en los márgenes de sus cuadernos, recordándose que la bondad debía guiar incluso a la inteligencia más afilada.

    Un día, la paz del reino se quebró: la princesa Sofía, amada por su sabiduría y dulzura, fue secuestrada por un grupo de hackers sombríos conocidos como “La Sombra Digital”. Querían robar los secretos del reino para sumirlo en el caos y la tiranía. Valeria no dudó en actuar. Con la ayuda de Lynx, un virus inteligente creado por ella misma que se movía como un gato entre redes ocultas, se infiltró en la guarida de los malhechores. Allí la esperaban dos enemigos temibles:

    —Martín, antiguo compañero de estudios, que había abandonado la amistad por la ambición y los atajos del poder.

    —El doctor Cerebro, un científico enloquecido cuyos ojos parecían pantallas chisporroteantes, obsesionado con crear una inteligencia artificial superior a la humana.

    El combate fue feroz. Los códigos caían como espadas luminosas, los cortafuegos se alzaban como murallas incandescentes, y Lynx saltaba ágil entre abismos digitales. Valeria luchaba no solo con sus conocimientos, sino con la fuerza de su corazón, convencida de que ningún algoritmo podía apagar la esperanza. Tras una batalla que iluminó los servidores como si fueran auroras boreales, Valeria rescató a Sofía y desmanteló la red de La Sombra Digital. Los enemigos fueron apresados y el reino pudo respirar aliviado. El rey, profundamente agradecido, la nombró Guardiana Cibernética de Sicilia. Desde entonces, Valeria y Sofía trabajaron juntas: la princesa, inspirada, se convirtió en experta en seguridad digital; la hacker, ya una heroína, dedicó su vida a proteger aquel reino donde magia y tecnología hablaban el mismo idioma. Y así nació la leyenda de Valeria, la princesa hacker, cuyo nombre brillaba en cada línea de código y en cada estrella que encendía la noche siciliana.

    ANA CACHINERO / Jaén

    La Virgen María

    Pero, ¿cuánto sufrimiento embargara su Inmaculado Corazón viendo en estos tiempos aciagos que nos ha tocado vivir, en los cuales muchas de sus hijas están desnaturalizadas, seducidas por Satanás como en el Paraíso Terrenal? Muchas jovencitas que serían las madres de los futuros hijos no quieren hijos y prefieren tener un perro antes que un hijo. Y eso es muy triste pero cierto. Satanás ha suscitado el “feminismo radical” que se está estableciendo por todo el mundo, incluida la Iglesia Católica. ¡Cuanto sufrirá el Corazón Inmaculado de la Virgen! Esta sociedad tiene que desaparecer, no es que ya no sea cristiana, ya no es humana, y así vemos a muchas feministas, que en un cochecito para los bebes, llevan a un perro.

    JAIME FOMPEROSA APARICIO

    Ni un paso atrás

    Agotar la legislatura no es solo una necesidad política, es una obligación moral. La alternativa reaccionaria representa un retroceso devastador para la democracia, los derechos sociales y la dignidad de millones de personas. Además, la derecha ha demostrado una preocupante falta de capacidad para gestionar situaciones complejas. Siempre fue incompetente.

    El mal llamado “milagro económico” de Aznar fue un espejismo: entrada en el euro, ciclo económico internacional favorable, privatización salvaje del patrimonio nacional y el estallido de una burbuja inmobiliaria alimentada por una ley del suelo irresponsable. A eso se sumaron fondos europeos y bajos precios de materias primas. Un escenario excepcional que no tiene nada que ver con una gestión ejemplar, sino más bien con un saqueo del patrimonio. Además, cuando les ha tocado gestionar crisis, su respuesta ha sido deficiente: desde la manipulación del 11-M, la catástrofe del Prestige, el escándalo del Yak-42, hasta los recortes de Rajoy y la pérdida de derechos laborales. A esto se suman tragedias como el Madrid Arena, la gestión de las residencias en la pandemia, la dana valenciana o los recientes incendios. En todos estos casos, la derecha mostró su verdadera cara: desprecio a las víctimas, mentiras sistemáticas, cero rendir cuentas y una arrogancia criminal que jamás asumió responsabilidades. A día de hoy, seguimos esperando una sola disculpa. Jamás llegará, porque mejorar la vida de la gente nunca ha sido su objetivo. Su rechazo al sector público es notorio; su propósito es desgastar a la izquierda con el fin de alcanzar el poder, y una vez lo logran, buscan controlar las instituciones para perpetuar y ampliar las desigualdades sociales. Su enfoque es crear leyes que beneficien a los más poderosos. No es ficción. Es su historial. Y es una amenaza real. Volverían los recortes, el bloqueo institucional, la precariedad y la propaganda. Volverían los insultos a los sindicatos, el negacionismo climático, la criminalización de la protesta y el retroceso de derechos de mujeres, migrantes y trabajadores.

    Por eso, agotar la legislatura es una necesidad y una declaración de principios. Presentar unos presupuestos valientes, centrados en la justicia social, obligará a retratarse a quienes votan en contra de proteger a la mayoría. Será una herramienta para consolidar un proyecto de país que ha demostrado capacidad de gestión, voluntad de diálogo y compromiso con el futuro. La derecha ha gobernado, y el resultado fue desolador. No lo olvidamos. Hoy, más que nunca, necesitamos resistencia, pero también ambición. No basta con frenar. Hay que avanzar. Ni un paso atrás.

    MIGUEL FERNÁNDEZ PALACIOS

    Funerales de Estado

    No ha habido tiempo de hacerlo con antelación. La agenda de los responsables políticos de la Comunidad Valenciana y del Estado central ha sido tan agotadora que ha impedido realizar los funerales de Estado de las víctimas de la dana de hace casi un año. Esta situación refleja los dirigentes que tenemos. El dolor de las personas por los que se fueron en aquellas trágicas horas permanece, y seguramente se incrementará en el evento en que se les recuerda. No se piensa en ellos ni en el sentimiento que tienen por sus seres queridos desaparecidos. ¿Alguien concibe que un país del primer mundo realice funerales de Estado un año después? Más bien encajaría con un Estado sin recursos, sin medios, que precisa de tiempo para recordar a sus víctimas. Pero en este país llamado España todo es posible. De aquellos trenes AVE que asombraron al mundo por su rapidez y puntualidad hemos llegado a tener un sistema ferroviario que deja bastante que desear. Tal vez ambas situaciones estén relacionadas en una sola palabra: retraso... o tarde, mal y nunca. Es agotador ver cómo siguen jugando al “ping pong” los políticos ante unos ciudadanos escépticos de su capacidad de gestión. Lo lamentable es el dolor de los que han visto cómo sus seres queridos se fueron y ahora se quiere recordarlos.

    PEDRO MARÍN USÓN

    Cartas de los Lectores