La España de Damocles
La España de Damocles
En aquel relato vivido por Damocles, la historia cuenta como, en Sicilia, un cortesano quiso vivir como un rey en un intercambio de papeles con un tirano llamado Dionisio. Solicitó mujeres y manjares hasta que, harto de comida y de placeres, acertó ver una espada colgada del techo sujetada con un único pelo de crin de caballo que amenazaba su cabeza.
Ante tal situación, abandonó el lugar diciendo que no quería ser tan afortunado como añoraba. Algo similar está pasando en la España de Pedro Sánchez. Ansioso de poder, envenenó a los españoles pactando con tiranos rompedores nacionalistas y con los herederos de ETA para situarse al frente de un grupo derrotista al que necesitaba para instalarse en la Moncloa con el dorsal número uno. Se rodeó de servidumbre con nombre de ministros y concedió licencias a cambio de votos manchados de sangre y odio a España con el fin de sentirse como Damocles. Esa espada de la historia griega pende de un hilo sobre la cabeza de Sánchez. Se le acumulan conflictos familiares, de imputaciones y de fontanería que pueden romper ese amarre que soltaría un amenazante descontrol gubernamental al estilo Damocles que acabaría en elecciones si no encuentra salida o las sentencias lo acorralan. Esa arma blanca, en sentido figurado, también sortea la cabeza de los españoles si no aniquila, políticamente hablando, al presidente.
La realidad es que España sufre a un Gobierno presuntamente corrupto que encabeza y dirige Puigdemont y que, a su vez, es la espada que acecha a Sánchez y así sucesivamente hasta llegar al pueblo para cortar cabezas. Esta es la España de Pedro Sánchez. Esta es la España de Damocles, pero con un final distinto.
Sánchez no se arrepiente de nada y seguirá viviendo como un rey. No sabemos si como Felipe VI o como el emérito.
RAFAEL ORDÓÑEZ MARTÍNEZ
Calor
Cada vez más calor... El clima habla esperanto para ser escuchado en todos los rincones del planeta. Yo no sé si es que no chilla lo suficiente, o es que las orejas de los responsables gubernamentales y no gubernamentales tienen problemas de audición. No es por falta de marco jurídico, la Ley Europea del Clima y el Pacto Verde Europeo, en España por ejemplo Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, Ley de Cambio Climático y Transición Energética...
El desequilibrio del clima en nuestro planeta Tierra no es más que la consecuencia del desequilibrio y la podredumbre del sistema en el que hemos estado viviendo; y de nuestra dejadez y desconexión de la madre naturaleza.
De justicia es que la Tierra se rebele ante las atrocidades a la que la sometemos. Pero la crisis ambiental se puede revertir. Trabajemos en unidad por hacer de la Tierra un planeta habitable y justo; se requieren acciones a nivel global, —empresarial y de los gobiernos—, y también a nivel individual, porque cada pequeño gesto cuenta. Sí, otro mundo es posible.
VIRGINIA FUENTES RIVERO
