Inversiones

    11 sep 2025 / 08:26 H.
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    Soy un ciudadano de Jaén que, como tantos otros, ha dejado de creer en los titulares que cada semana nos prometen inversiones millonarias, progreso imparable y atención institucional. Porque aquí, en esta tierra que tanto ha dado y tan poco recibe, las promesas no se traducen en hechos.

    Nos dijeron que el cambio de gobierno traería una nueva Andalucía, más justa, más equilibrada. Pero lo que vemos es lo de siempre: Sevilla y Málaga acaparan los focos, y si acaso Granada recoge algo. ¿Y el resto? A recoger migajas. Jaén, Almería, Huelva, Córdoba, Cádiz... provincias hermanas que siguen esperando su turno, mientras los titulares se reparten como si fueran logros cumplidos.

    En Jaén, por más que rebuscamos, no vemos esas inversiones que Juanma Moreno pregona. Equipamientos abandonados, infraestructuras sin ejecutar, proyectos culturales olvidados. Y en Almería, el caso es aún más sangrante: ni AVE ni tren convencional. La línea que la conectaba con el resto de España, pasando por Linares-Baeza, fue clausurada. ¿Cómo se puede hablar de cohesión territorial cuando hay capitales andaluzas incomunicadas?

    No me convence ningún político. Ni el que sonríe con ironía desde la Junta, ni los que prometen desde Madrid. Porque cuando uno vive en esta Andalucía que va a otra velocidad, el desencanto no es ideológico, es real.

    Con esta carta no busco polémica, sino que se escuche la voz de quienes ya no se conforman con titulares. Porque España no puede clausurar sus provincias y seguir hablando de progreso. Y Jaén no puede seguir esperando mientras otros celebran.

    JUAN CARLOS ESPINOSA VELASCO

    Ir al cine

    Cada vez quedan menos cines. Su época dorada terminó hace tiempo, cuando ir a ver una película era toda una experiencia colectiva. Las salas se llenaban con historias de todo tipo: bélicas, del oeste, románticas, españolas, de terror, de culto... incluso aquellas que marcaron la transición democrática. Y junto a las películas, estaba la emoción del público: risas, miedo, lágrimas... y el inevitable “¡Sssshhh!” que imponía silencio. El cine fue también una gran fábrica de sueños, que impulsaba a directores y actores hasta el estrellato. Pero esa etapa quedó atrás. Hoy las pantallas del hogar han sustituido a las de las salas, gracias a las plataformas digitales. Los intérpretes y los equipos de rodaje siguen existiendo, pero ahora la industria se enfrenta a un nuevo desafío: la irrupción de la Inteligencia Artificial y las recreaciones digitales, capaces de abaratar costes y transformar la producción audiovisual. Nos preguntamos entonces: ¿Qué se pierde en el camino? Quizá ir al cine era mucho más que ver una película; era un reflejo de la sociabilidad en tiempo real, donde se compartía espacio, emociones y lenguaje corporal. En cambio, las redes sociales —aunque nos conectan— también fomentan el individualismo y ocultan a menudo la verdadera imagen de quienes se expresan en ellas. Las innovaciones no siempre son sinónimo de progreso para todos. Ganamos comodidad y tiempo, sí, pero también corremos el riesgo de perder algo esencial: el instinto humano de compartir y vivir experiencias juntos. ¿Es este el futuro de la humanidad?

    PEDRO MARÍN USÓN

    Vicente

    Vicente Villar, torrecampeño de pro, nos dejó el pasado jueves 4 de septiembre demasiado pronto, a punto de cumplir el sueño de recuperar los restos de su abuelo, víctima, como tantos otros cientos de miles de españoles, de la represión franquista.

    Tuve el privilegio de ser amigo de Vicente por su participación en el movimiento memorialístico de la provincia de Jaén desde el principio. Junto a otro puñado de familiares de represaliados fundamos la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Jaén, donde estuvimos trabajando hasta que nos desalojaron los escuadristas de Zarrías para convertirla en la caricatura que es hoy.

    Nuestro interés por trabajar los temas relacionados con la memoria nos llevó a constituir el Colectivo para el Estudio de la Historia Social de Jaén, entidad desde la que hemos seguido reivindicando la dignidad de todas las personas que fueron víctimas del régimen fascista de Franco.

    La desgracia ha querido que Vicente no vea rescatados los restos de su abuelo, que se encuentran en la fosa que en este momento se excava en el cementerio de San Eufrasio, actuación que ha sido posible gracias al empuje de personas como él, que hicieron de la reivindicación de la dignidad de las víctimas del franquismo su objetivo vital. Con el corazón roto defenderemos en adelante, también, la memoria tricolor de Vicente, un buen hombre representante genuino de esa clase trabajadora que aún tiene conciencia, que se reconoce en su genealogía y que, con talante y con talento, nos convenció a todas de la importancia de no borrar el nombre de las víctimas de la historia de este país. ¡Que la tierra te sea leve, compañero del alma!

    RAÚL MONTILLA TORRES

    Nuestra Universidad

    Quiero lanzar un mensaje de agradecimiento al Gobierno central por permitir que nuestra Universidad de Jaén no sea considerada de menor categoría que una privada. Hay ocasiones en las que los ciudadanos podemos comprobar que la política sirve.

    MARÍA MUÑOZ GARRIDO/ JAÉN

    Cartas de los Lectores