Hoy, once de mes

    12 may 2025 / 09:07 H.
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    Hoy once de mes, escribo en honor de la Virgen de la Capilla, Patrona de Jaén y Alcaldesa Mayor de esta ciudad. Y escribo con especial devoción pues todos los once de cada mes recordamos la gracia que tuvo Jaén con el glorioso Descenso de la Virgen María, allá por el año 1430, para socorro y amparo de nuestros mayores.

    El pasado 21 de abril conocimos la triste noticia del fallecimiento del Santo Padre Francisco. Sobre las diez de la mañana se oyó el toque lento y solemne de las campanas de la Catedral, con un inconfudible tañido a difuntos, y pudimos saber que se trataba del fallecimiento del sucesor de San Pedro. Esta noticia en sí se puede calificar como verdadera noticia mariana, porque de todos es sabido que el Papa Francisco ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a la devoción mariana. Era un Papa Mariano. En sus homilías, audiencias y mensajes ha promovido y resaltado la importancia de María como Madre y discípula, invitando a los fieles a imitar sus virtudes y seguir su ejemplo. Hemos conocido su particular devoción al icono de la Salus Populi Romani, una Virgen que guió su vida y su pontificado. Tras sus exequias, pudimos ver en televisión el emocionantísimo traslado de su sencillo ataúd de madera desde el Vaticano hasta la primera Iglesia de la Virgen, la Basílica Mayor de Santa María Maggiore, donde ya descansa eternamente su cuerpo. Quiero retomar las palabras de Francisco en la Audiencia General de 13 de noviembre de 2024, donde dio una magistral catequesis del significado de la devoción a la Virgen: “entre los diversos medios con los que el Espíritu Santo lleva a cabo su obra de santificación en la Iglesia — Palabra de Dios, Sacramentos, oración — hay uno especial, y es la piedad mariana. En la tradición católica existe este lema: “Ad Iesum per Mariam”, es decir, “a Jesús por María”. La Virgen nos muestra a Jesús. Ella nos abre las puertas ¡siempre! La Virgen es la madre que nos lleva de la mano a Jesús. La Virgen nunca se señala a sí misma, la Virgen señala a Jesús. Y esto es la piedad mariana: a Jesús a través de las manos de la Virgen”.

    A la triste noticia del fallecimiento del Papa Francisco le ha seguido la jubilosa nueva del regalo que el Espíritu Santo hace con la designación de un nuevo Papa, que igualmente, como el anterior, proviene de América, e igualmente, como el anterior, tiene especiales vínculos con el mundo hispano al ser el obispo de Chiclayo, en Perú a cuya nacionalidad ha optado. ¡Qué orgullo para nuestra nación española comprobar como la labor evangelizadora de nuestros antepasados es una base esencial del orbe católico!

    El nuevo Pontífice de la Iglesia católica, León XIV, salió al balcón del Vaticano tras ser anunciado como el sucesor de Francisco, mientras una multitud de personas lo aguardaba en la plaza de San Pedro, y realizó un discurso en el que hizo un llamamiento a la paz y a una Iglesia abierta a todos. En su mensaje, de un valor histórico indudable, León XIV recordó a su diócesis de Chiclayo en Perú, donde fue misionero y obispo desde 2014. Es la primera vez que un Papa habla, además del italiano, en otro idioma que no es el propio, en este caso en español, con las siguientes palabras: “y si permiten también un saludo a todos aquellos, en modo particular a mi diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo”.

    Otro elemento histórico del primer discurso del Papa fue su conclusión con el rezo del Ave María para pedir a la Virgen por toda la Iglesia y por la paz en el mundo, un hecho que jamás había ocurrido en una primer discurso papal. Y es que este Papa también es un Papa Mariano, en este caso con profunda devoción a la Virgen de Guadalupe, demostrando que su devoción por la “protectora del pueblo latinoamericano” es otra de las cosas que lo une con su antecesor.

    Acudamos pues en el mes de mayo, el mes de la Virgen, a la Basílica de San Ildefonso, Santuario de la Virgen de la Capilla, Patrona de Jaén, donde se están haciendo en este mes de mayo en determinados días designados por la Cofradía de la Virgen de la Capilla, el ejercicio de las flores y ofrenda a la Patrona. Y ello como preparación a los actos grandes de la Virgen; la Novena de los días 1 al 9 de junio, el Rosario de San Bernabé en la tarde-noche del 10 de junio, y finalmente, el día grande de Jaén, el 11 de junio, donde se celebrará, Dios Mediante, la Solemne Misa Votiva de Cabildos, por la mañana, la posterior ofrenda de flores, y ya por la tarde, el encuentro de la Virgen con sus hijos en la Magna Procesión de la Virgen de la Capilla.

    MIGUEL SÁNCHEZ-GASCA

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