El aroma del amor

    31 oct 2025 / 08:22 H.
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    En el día de su décimo sexto aniversario, dos cónyuges cuarentones se besan con pasión, un gesto que simboliza la historia de amor que han tejido a lo largo de los años. Ese beso va más allá de lo físico. Refleja la complicidad, la confianza y el cariño mutuo que han cultivado juntos. Es como si en él se condensara toda una vida de altibajos, alegrías compartidas y desafíos superados. Ella inhala el aroma de su piel y siente su cabello suave entre los dedos, evocando tantas noches compartidas, risas y lágrimas. Cada bocanada de aire es una oda al tiempo que han pasado juntos, a las experiencias vividas y a esa complicidad que solo ellos comprenden. Es un momento de conexión profunda, donde el lenguaje del cuerpo supera cualquier palabra. Cuando él le devuelve el beso, todo desaparece alrededor. Quedan solo ellos, aislados en una isla de ninguna parte, bajo un cielo lleno de estrellas centelleantes. Es como si el mundo se desvaneciera y fueran los únicos habitantes de un universo paralelo, donde el tiempo se detiene y solo existe el presente. Bajo ese manto estrellado, hallan refugio en el amor que los une, dejando atrás las preocupaciones cotidianas y sumergiéndose en la eternidad de ese instante.

    ANA CACHINERO / JAÉN

    Empobrecer lo público, enriquecer lo privado

    La penúltima ocurrencia de Feijóo es un IVA del 0% para autónomos que facturen menos de 85.000 €. Suena bien, pero huele a lo de siempre: menos ingresos públicos, más excusas para seguir destrozando el Estado del bienestar. El PP no busca aliviar al autónomo, sino justificar nuevos recortes. Su modelo es claro: hundir lo público para que florezca lo privado y sus defendidos hagan caja. Está bien bajar los impuestos a las clases menos favorecidas, pero siempre que, como contrapartida, se les suba a los ricos y grandes empresas que, proporcionalmente pagan menos que ellas. Debemos entender de una vez que, detraer dinero público para dárselo a empresas privadas que persiguen un beneficio que repartir a sus directivos y accionistas —miles de millones en muchos casos—, solo hace que el dinero de nuestras pensiones, educación, sanidad e infraestructuras, vaya al bolsillo de unos pocos.

    Feijóo nos quiere con seguros médicos, pensiones, colegios y universidades privadas. Pero ¿y si el sistema colapsa, como en 2008? ¿Quién rescata entonces al ciudadano de a pie? ¿El Estado al que han mermado su capacidad recaudatoria? ¿Tendrán que mendigar los pensionistas en las puertas de las iglesias? No nos dejemos engañar: su plan para España es un traspaso masivo de dinero público al bolsillo de empresas privadas y fondos buitres. Y eso sí que es un abuso que incrementa la brecha social.

    MIGUEL FERNÁNDEZ-PALACIOS GORDON / MADRID

    Feroz asesino y también víctima

    Qué difícil es juzgar con precisión ciertos hechos, incluso a quienes deben hacerlo! La defensa pide 14 años de cárcel por homicidio, la fiscalía 26, por asesinato y, la familia de la víctima, por el contexto, 33 años. Se trataba de una pareja formada a los 15 años. Él la asesinó cuando iba a cumplir los 19, porque “me molestaba que fuera feliz” al separarse.

    De entrada, 33 años pueden parecer incluso pocos. Pero él, desde los 12, era tratado por depresión, como ahora en la cárcel. Los grados de esa enfermedad, demasiado corriente y variable con el tiempo, son tantos como difíciles de precisar y sanar. Poder eliminarla sería un gran triunfo para sus víctimas e incluso para todos, como muestra este trágico suceso.

    EMILIA NOVAS SOLER / MADRID

    Preparen las barbas

    Como el cocido maragato, empiezo por la sustancia. La automatización y la robótica han venido para quedarse. Y si no, que se lo digan a Amazon. La compañía prevé duplicar su negocio para 2033 sin contratar a más de 600.000 trabajadores, ya que pretende automatizar el 75% de sus procesos operativos. Es la segunda empresa que más contrata en Estados Unidos, solo por detrás de Walmart, y aun así su estrategia apunta a reducir costes evitando nuevas incorporaciones.

    Este dato, más que una curiosidad tecnológica, debería servirnos de aviso. Es un espejo en el que deberíamos mirarnos, sobre todo políticos y empresarios de nuestro país, que con frecuencia confunden la urgencia con la previsión. Ocho años pueden parecer mucho, pero ¿de verdad creemos que en tan poco tiempo podremos transformar la educación, las empresas y los puestos de trabajo para adaptarnos a este nuevo escenario? Hace poco, un grupo de empresarios europeos del sector del automóvil regresó de China asombrado: habían visitado fábricas en las que no quedaba un solo ser humano en la cadena de producción. ¿Qué vamos a hacer, políticos de Bruselas y capitales europeas?

    El refrán castellano lo resume bien: “Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar.” Si no reaccionamos, entre la falta de relevo generacional en muchos sectores y la creciente robotización, nos encaminamos hacia una tormenta perfecta de conflictos laborales y desajustes sociales.

    PEDRO MARÍN USÓN / ZARAGOZA

    Gracias al hospital

    Quiero agradecer públicamente el trato recibido en las Urgencias del Hospital de Jaén. A todo el personal, desde auxiliares hasta enfermeras, pasando por las doctoras de las consultas, en concreto a la neuróloga Lucía Rodríguez Jiménez. Gracias, gracias y gracias.

    JUAN JOSÉ LAPUENTE / JAÉN

    Acciones incívicas y salvajes (IV)

    Un suma y sigue. Lamentablemente, los actos de vandalismo en nuestros pueblos y ciudades se han convertido en algo habitual. Aunque bien es cierto que la sociedad, en su gran mayoría, rechaza todo tipo de daños a nuestro patrimonio más cercano. Si antes, en estas mismas líneas, denunciaba escenas y actos impropios de este siglo en Úbeda, Arjona, Andújar, Jamilena y Torres de Albanchez, ahora le ha tocado al municipio de Albanchez de Mágina. En esta ocasión, los vándalos y salvajes se han cebado con un banco con los colores de la bandera Lgtbiq+. Aún no logro entender que, en este siglo que nos ha tocado vivir, con una sociedad más formada y preparada, se ataque a la propiedad común, como son nuestras plazas, parques, jardines, mobiliario y edificios históricos. Al final de todo esto, siempre se saca la misma conclusión: lo pagamos entre todos vía impuestos. Habrá que seguir trabajando en los centros de enseñanza, en las asociaciones y, por supuesto, en nuestros hogares. La enorme suerte del vándalo es que, en la mayoría de los casos, no es pillado in situ, y, si es identificado por los agentes de la autoridad, las sanciones son prácticamente irrisorias. Ante esta indefensión, habría que modificar las leyes para que el vandalismo y el salvajismo sean castigados con cuantías económicas más severas.

    JUAN LIÉBANA / JAÉN

    Cartas de los Lectores