El anhelo de la claridad

    22 oct 2025 / 08:33 H.
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    La verdad no siempre es bonita, pero el hambre de ella sí”. A veces, la verdad duele y despierta emociones incómodas. Pero ese hambre de conocerla, la sed de la realidad tal como es nos impulsa a enfrentar nuestros miedos y a crecer. En la oscuridad de la verdad, a menudo encontramos la luz que nos libera. En el mundo del autollamado verdad, todos los pasajeros temían mirar por el espejo retrovisor. Sabían que allí se escondían secretos y verdades incómodas. Un día, un valiente pasajero se atrevió a enfrentarse a su reflejo. Descubrió que la belleza de la verdad no estaba en su suavidad, sino en su poder para sanar heridas y transformar vidas. Desde aquel momento, todos los pasajeros del autoverdad comenzaron a abrazar su hambre insaciable de realidad, encontrando la libertad que tanto anhelaban.

    ANA CACHINERO/ JAÉN

    Vivir solos, una sociedad no atendida

    Cada vez más personas viven solas en España y en Europa. Según el INE, los hogares unipersonales ya superan los 5,5 millones (28% del total) y podrían alcanzar los 7,7 millones en 2039, un tercio del total nacional. En la Unión Europea, el 36% de los hogares corresponde a adultos sin hijos, y en países como Alemania o Dinamarca superan el 40%. Estos datos muestran un cambio social profundo, pero nuestras instituciones siguen actuando como si el modelo de convivencia mayoritario fuera el de pareja o familia tradicional. Las políticas de vivienda, la fiscalidad y los servicios públicos continúan diseñados para dos, mientras la realidad se orienta hacia uno.

    Vivir solo no significa necesariamente estar aislado, pero sí asumir costes económicos, emocionales y sociales que el sistema no contempla. Una persona que vive sola paga los mismos gastos fijos que dos, recibe menos apoyo institucional y dispone de menos mecanismos de protección ante la soledad o la dependencia. Este fenómeno, lejos de ser marginal, es estructural. Las instituciones deben reconocerlo y adaptar sus políticas al dinamismo social actual. Si no lo hacen, se ampliará una nueva brecha: la que separa a la ciudadanía real de unas estructuras pensadas para un pasado que ya no existe.

    PEDRO MARIN USÓN

    IPC

    El impuesto a las clases medias y vulnerables tiene un nombre, inflación. Hemos conocido el indicador del último mes del IPC. No ha sido satisfactorio. En lo que va de año la media de la cesta de la compra se ha situado en el 3%. Aunque, algunos productos no se han quedado en ese porcentaje ya que estamos señalando la media de varios de ellos que se emplean para el cálculo de la inflación. Algunos de esos productos han atravesado la barrera de los dos dígitos. Entre ellos se encuentran los huevos. Este artículo alimenticio se ha encarecido en un 14%. Sabiendo que es producto básico para cualquier mesa su encarecimiento descuadra de manera significativa, todos los presupuestos y en especial los más humildes. Y si nos adentramos en el pescado es mejor ni mirar su coste.

    El pescado ha desaparecido de la lista de la compra de muchos hogares. Su precio casi prohibitivo, vacía las pescaderías de clientes. Las familias si quieren llegar a final de mes han de prescindir de algunos productos como el pescado, aunque son conscientes que puede tener consecuencias en su salud. Pero el pago de la hipoteca, el alquiler, el recibo de la energía e incluso la tasa por la recogida de la basura, han de priorizar su pago. Estos días el presidente del gobierno nos decía que este gobierno, del cual es líder, es el más “decente” que ha tenido este país. No tengo un instrumento para medir su decencia. No tengo los suficientes datos para confirmar o no tan rotunda afirmación, pero si se de indecencias.

    Conozco la indecencia de este gobierno que siendo el Ejecutivo que más ha recaudado a lo largo de la historia democrática, no ha tomado medidas para amortiguar el gran incremento del IPC. Es una indecencia que este gobierno con las arcas del estado a rebosar se quede con los brazos cruzados viendo como la clase media se va reduciendo y pasar a formar parte de la clase vulnerable.

    Algunos biógrafos de personajes de nuestro país, escribieron que la preocupación del último Jefe del Estado no era, como se ha dicho, que hubiera una sucesión de su régimen. Su preocupación fue el que desapareciera la clase media. Es lo que está sucediendo. La clase media de este país es la clase trabajadora. Es la que genera riqueza, la que paga la factura para el sostenimiento del estado, esa clase, se está reduciendo. La pirámide se está dando la vuelta, está siguiendo el camino de la pirámide del relevo generacional. Un hecho que se traduce en un estado débil.

    FERNANDO CUESTA GARRIDO

    ¿Por qué fijarse solamente en los nombres?

    Ya se conocen los grupos que participarán en el próximo COAC de Cádiz. Y ahora se habla mucho de las ausencias, en especial a raíz de la retirada de José Luis García Cossío “Selu” y su chirigota. Tampoco estarán Nandi Migueles, la comparsa de los Carapapa o Kike Remolino... Sólo nombres. ¿Acaso alguien se esperaba el histórico pelotazo de la chirigota de “Los calaítas”?

    FAUSTINO LASARTE GÁRATE

    Conductas incívicas y salvajes (III)

    no hay día en que Diario JAÉN no informe sobre actos de desperfectos, grafitis o robos en el mobiliario urbano de nuestros pueblos y ciudades. El último núcleo de población afectado por el vandalismo y el salvajismo ha sido la propia capital jiennense. En este caso, el Centro Especial de Empleo del Ayuntamiento de Jaén ha denunciado en los últimos días numerosos incidentes en las plazas Empresario Diego Torres y Deán Mazas, así como en la calle Navas de Tolosa. Al parecer, también se han producido sustracciones de plantas en la calle Colón y en los maceteros de Roldán y Marín. Otro municipio que manifestó recientemente su malestar por el robo de cableado en la calle de acceso al cementerio municipal fue el Consistorio jamilenudo. En las últimas semanas habría que sumar a los municipios de Úbeda, Arjona, Andújar y Torres de Albanchez. Este tipo de hechos, además de ser reprochables y de mal gusto, proyectan una imagen poco favorable. Las instituciones, las asociaciones y la gran mayoría de la ciudadanía buscamos que los cascos urbanos sean espacios de acogida y de belleza. Sería conveniente detenerse a analizar qué lleva a un individuo a atentar contra el patrimonio histórico, cultural y natural. Toda la sociedad debe alzar la voz y denunciar actitudes impropias de este siglo.

    JUAN LIÉBANA LÓPEZ / JAÉN

    Cartas de los Lectores