De la Asociación Provincial de Agencias de Viajes de Jaén
Los hoteles en las costas españolas no deberían ser heladerías, que abren de mayo a septiembre y cierran de octubre a abril. Si hay parón en la demanda para este verano... ¡Sus fieles aliados las Agencias de Viajes les vamos a ayudar! Nos duele decir todo esto: En primer lugar, es más caro una semana de vacaciones en nuestras costas españolas, que viajar a las Islas Canarias o Baleares con avión, a capitales europeas o cualquier isla del Caribe. Algunos hoteleros en las costas españolas no son ejemplo de gestión, por su improvisación o estrategia comercial nula. También, nos apena que los dueños de los hoteles son los “bancos de camas” que abusan de los precios y no los hoteleros. Y que, además, permiten hacer reservas al cliente directo sin control, sin criterios de precios y permitiendo anular a última hora. Dan completo y sin cobrar un euro. Con este sistema quieren perjudicar a su competencia y quien se perjudica son ellos, que no garantizan la venta. El hotelero, además, está acomodado y no sale a los mercados a vender sus camas y su hotel. Sino que directamente esperan.
Ellos están cobrando muy caro de mayo a septiembre, por la alta demanda se permiten el lujo de cerrar seis meses al año de octubre a marzo o abril —dependiendo de la Semana Santa—. Y entonces, ¿por qué los hoteles de interior en España no cierran? Por todo ello, decimos que esperar a vender a última hora es un grave error, el cliente directo es infiel por naturaleza, por cualquier motivo anula la reserva. Además, el cierre de seis meses al año, supone un gasto que pagamos todos, por despidos de plantillas, por indemnizaciones, el paro y por subvenciones públicas. Y, por último, España es de los primeros destinos mundiales en turismo, generando crecimiento económico, que recibimos 96 millones de turistas al año y es preocupante que matemos a “la gallina de los huevos de oro” y que el turismo internacional cambie, elijan otros destinos más económicos y de mayor calidad en sus servicios. En mayo he pedido disponibilidad a 17 hoteles y no me daban sitio en las Costas españolas para uno, dos o tres autobuses del 2 al 7 de Septiembre, con cuatro meses de antelación. Todo completo y en pleno mes de julio nos dicen ahora que no es así. Es urgente regular los precios, no abusar y abrir todo el año para cubrir la demanda. El mercado es libre, pero después ya será tarde para lamentarse, y con 382.000 pisos turísticos en España que empujan.
Firmado; Asociación Provincial de Agencias de Viajes de Jaén —Premio Andalucía de Turismo 2025 a la “Excelencia Turística”—.
TRINO MARTÍNEZ / Jaén
Crisis silenciosa
En los albores del siglo XXI, un joven europeo podía aspirar a independizarse, adquirir vivienda, coche y formar una familia con un empleo estable. En 2000, y aún en 2010, pese a las crisis, los ingresos mantenían cierta correspondencia con el coste de vida. Hoy, tras más de dos décadas de precarización, inflación y estancamiento salarial, el panorama ha cambiado drásticamente. Los datos de 2024 muestran que los menores de 35 años han perdido una proporción significativa de su poder adquisitivo en comparación con generaciones anteriores. Mientras estas accedían al bienestar con un solo empleo, los jóvenes actuales encadenan contratos temporales, mal remunerados y, a menudo, combinan varios trabajos solo para subsistir. La vivienda es inalcanzable, el coche —símbolo de autonomía— un lujo, y la maternidad o paternidad, una quimera para muchos. Este debilitamiento económico de la juventud no es solo un problema generacional, sino un riesgo estructural. Sin jóvenes con capacidad de consumo, de inversión y de contribución fiscal, el modelo europeo de Estado del bienestar entra en zona de peligro. ¿Quién sostendrá las pensiones, la sanidad, los servicios públicos? Europa necesita políticas urgentes que devuelvan la esperanza a su juventud: salarios dignos, acceso real a la vivienda y estabilidad laboral. No se trata solo de justicia intergeneracional, sino de preservar el futuro de todos. ¿Dónde está la mejora de la UE prometida por la nueva Comisión en el segundo mandato de Ursula Von der Leyen? ¿La veremos, al fin, en algún momento?
PEDRO MARÍN USÓN
Intriga en la carretera
Un hombre caminaba por una carretera solitaria cuando, a una larga distancia, vio a alguien con los brazos en alto que lo saludaba insistentemente y daba saltos una y otra vez. El andante directamente pensó:
—¿Qué habrá pasado en aquella zona? ¿Estará herido?
El hombre continuaba avanzando, sin descansar un minuto, mientras que el otro silbaba y le gritaba. Él preguntándose:
—¿Qué pasará? ¿Por qué tanta urgencia y alarma?
El extraño, con la desesperación reflejada en los ojos, hacía muchos aspavientos desesperadamente en un intento por llamar la atención del caminante. Cuando este se acercó, preguntó con preocupación en su voz:
—¿Qué sucede? ¿Necesitas algún tipo de ayuda? ¿Qué pasa que pareces tan apurado?
El hombre que había estado saltando le respondió muy serio:
—¿Sabes hacia dónde te lleva esta carretera?
IGNACIO ALCÁNTARA GODINO / Jaén