Agradecimiento
El pasado 30 de septiembre me dirigía al Parador de Jaén y el GPS me metió en la calle La Parrilla, un callejón sin salida y hay un momento en que no puedo seguir, porque el coche no cabe, ya estoy pegando con los laterales y tampoco soy capaz de echar marcha atrás y gracias a un vecino de la zona que se dio cuenta de mi situación pude salir. Este señor, con la mayor amabilidad, generosidad y mucha habilidad me sacó del atolladero, nunca me había visto en una situación igual, lo pasamos muy mal mi mujer y yo y no tengo palabras para agradecer lo mucho que nos ayudó este buen hombre, pero con el nerviosismo del momento no le mostré adecuadamente mi agradecimiento, no sé ni su nombre, volví al día siguiente al lugar pero no le encontré, y me gustaría poderlo hacer como corresponde. Me queda por ello un pesar enorme, agradecería que si algún vecino del barrio que vivió esa situación, que fueron muchos y todos en su medida me ayudaron y a los que también se lo quiero agradecer, contactase con este mi “ángel de la guarda” y se pusiese en contacto conmigo. Teléfono: 660209729. Muchas gracias por la colaboración.
ANTONIO SOTO GONZALO
Cruz Roja
He recibido un mensaje de Cruz Roja felicitándome, por mi cumpleaños, 69. Mi mujer y yo somos socios y queremos ser nosotros quienes agradezcamos la gran labor y ayuda constante a todos. Esta felicitación dice mucho. Colaboro con Cruz Roja desde los 16 años. Devuelvo la felicitación, porque Cruz Roja sí se lo merece. Gracias.
PEDRO CONDE / Jaén
¿Una paz duradera?
La paz parece haber llegado, por fin, a tierras de Oriente Medio. La presión internacional sobre Israel, el cansancio del pueblo palestino y la búsqueda de notoriedad política de algunos líderes han hecho que las armas callen y den paso a un periodo de calma. Pero cabe preguntarse: ¿Cuánto durará este escenario? La historia reciente no invita al optimismo. Décadas de enfrentamientos, muertes y carencias han sembrado en ambos pueblos un miedo y un odio difíciles de erradicar. ¿Qué ven en sus ojos los niños de cada lado del muro? ¿Qué sentirán al mirar al otro como enemigo antes que como ser humano? La paz verdadera no se construye solo con tratados ni con armisticios. Llega cuando los pueblos pueden crecer, educarse y prosperar juntos. La historia de la humanidad demuestra que la pobreza es el mejor combustible para reavivar el fuego de la guerra. Sin un plan económico sólido, sin oportunidades y sin esperanza, cualquier alto el fuego es solo un paréntesis. Gaza, Sudán, la República Democrática del Congo... Los combates pueden cesar, pero si no hay desarrollo ni justicia social, la violencia encuentra siempre la manera de regresar. Lo mismo ocurre en los mercados: unos pocos se enriquecen mientras la mayoría se empobrece. Y ese desequilibrio, tanto en la economía como en la política, es el germen de todos los conflictos. Quizá la pregunta no sea cuánto durará la paz, sino cuándo aprenderemos que la paz no se firma: se construye.
¿Cambiará alguna vez el juego eterno entre la guerra y la paz?
PEDRO MARÍN USÓN
Tristeza no, esperanza
Señor director: Leía un artículo de 1969, original de san Josemaría Escrivá (sobre quien se celebrará en breve un nuevo Simposio en Jaén) y se me quedó como muy grabado un párrafo: “Un hijo de Dios, un cristiano que viva vida de fe, puede sufrir y llorar: puede tener motivos para dolerse; pero, para estar triste, no”. Efectivamente, los tiempos que nos han tocado vivir, los problemas y circunstancias personales, familiares, profesionales, sociales... pueden brindarnos, como se suele decir popularmente, tragos amargos; de eso no cabe duda. Tragos amargos que nos hacen sufrir y hasta llorar. Pero la tristeza, sinónimo de estar apesadumbrado, de dejarse vencer por la aflicción, la pesadumbre, la melancolía es algo que no es propio de una persona que ama a Dios. Dios Padre permitió a la Virgen, a San José y al mismo Jesucristo sufrir y llorar, e igualmente a tantos santos. ¿Qué les permitió a todos sobrellevar situaciones tan extremas?
Estamos viviendo un año dedicado a la Esperanza; no únicamente una esperanza humana sino una Esperanza a lo divino, una esperanza teologal por la que se espera que Dios nos dé los bienes prometidos. Y esos bienes prometidos sobrepasan lo meramente humano para trascender a lo sobrenatural. E, indudablemente, esto nos cuesta entenderlo, pero es la realidad. La dificultad, el dolor, nos llevará a sufrir y a llorar, sí, pero alejemos de nosotros la tristeza porque la tristeza nos aleja de la Esperanza divina.
JUAN ANTONIO NARVÁEZ SÁNCHEZ
El aborto
Mónica García pretende que se cumpla la Ley del Aborto. La única Ley que hay que cumplir, en este tema, es la Ley de Dios que en su quinto Mandamiento dice: No matarás. Pero insiste y sólo quiere la muerte de bebés. ¿Es acaso esto Sanidad? Derecho al Aborto. Una mujer que mata a su hijo en su seno materno es una hiena y que me perdonen las hienas.
JUAN MATEO RUANO DE LA HAZA
Garamendi alimenta bulos
En una entrevista en el programa “Espejo Público” de Antena 3, Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, frente a las críticas de Yolanda Díaz sobre su sueldo y jornada por censurar la reducción de jornada, no encontró mejor defensa que propagar temerarias falsedades en un bulo grosero y sin base alguna cruzando una línea inaceptable: “Los altos cargos, vicepresidentes del Gobierno, van a tener un coche hasta que se mueran, con un chófer”. Hizo una pequeña pausa y, con retorcida perversidad, lanzó una pregunta retórica: “¿Eso quién lo paga? Todos. Eso lo pagamos todos y no pasa nada”. Ni la periodista al frente del programa, ni nadie del mencionado medio conservador corrigió esa mentira flagrante, lo que agrava aún más el daño. Es intolerable que alguien con su responsabilidad social difunda bulos que sólo buscan crispar, alimentar el cinismo y debilitar la confianza ciudadana en las instituciones. No solo mintió, sino que lo hizo con plena conciencia de que sus palabras circularían veloz y sin filtro entre quienes buscan justificar su rechazo visceral al Gobierno. Garamendi sabe que solo tendrán chófer y coche hasta que cesen en el cargo. No está defendiendo al empresariado: está utilizando su relevante puesto como altavoz de propaganda para enfrentar a los españoles. Y eso lo deslegitima moralmente como interlocutor.
MIGUEL FERNÁNDEZ-PALACIOS GORDON