Y venga fotos

Comprendo que las estrategias marcadas por los gabinetes de prensa de los distintos estamentos político-administrativos así lo vienen aconsejando, pero resulta casi ridículo salir en manada a hacerse fotos por cualquier actuación llevada a cabo, cuando realmente no es un éxito de gestión sino la obligación de un quehacer diario, se supone. Las imágenes inaugurando o juntándose para tratar cualquier tema, entiendo no son todo noticia. Se está pecando de ello y más bien empiezan a resultar pardillas. Es como la judicialización de la vida a todos los niveles, pues igual, publicitamos hasta lo más ínfimo: “Hoy el Emperador Trajano abre la compuerta de la acequia de la Comunidad de Regantes x” —por ejemplo—. Dando codazos y en ristre ser ven ataviados de chaleco reflectante y gorro de obra, como si es que se hubieran desembarcado de las Tres Calaveras en el Nuevo Mundo, no digo más. Como decimos algunos amigos “contri más, cuanti peor”, o lo que es lo mismo, cuantas más fotos veamos en impostura similar menos cosas realmente se está haciendo. Callar y andar, así es como se hace camino, y no hace falta contar la camisa que te pones cada día. La política de altura no necesita de tantas imágenes.