Uno que embiste

    16 may 2022 / 16:41 H.
    Ver comentarios

    Sin querer, esta pasada semana, una red social me ha recordado que soy un tipo sin principios firmes. Enfrascado en la búsqueda de otro asunto, me he topado con algo que escribí hace algunos años sobre lo que hoy opino justo lo contrario. No diferente, ni distinto, ni parecido: lo contrario. Y he de reconocer que me ha alegrado lo indecible descubrir que mis pensamientos o creencias no perduran por entero, que están abiertos a cambiar o a volatizarse con el paso del tiempo y que, tal vez, esto permita que el imbécil que ahora habita en mí tenga sus días contados. Supongo, además, que esta progresión o involución de mi cabeza obedece a la conexión que la vida, en su continuo transcurrir, me permite ir estableciendo con otras cabezas; y que es a esas lecturas, conversaciones, paseos, películas y cafés a los que sí les debo una buena dosis de fidelidad. Cierto es que, de esta manera, resulta fácil que en ocasiones termine perdiendo de vista o imponiendo distancia con otras personas que, en el pasado, también contribuyeron en mi construcción, porque ya no suman o porque ya no lo hacen en la dirección en la que en la actualidad embisto. ¿Pero qué otra cosa puedo hacer? Estoy encantado de conocerte.

    Articulistas