Un yo verdadero

Posicionarte hoy día y elegir el camino de la autenticidad no es nada fácil. Estamos alcanzando un nivel de dualidad personal que nos enfrenta a uno mismo a la hora de decidir cómo y de qué forma ser auténticos. Ya no hablo de saber cómo identificar si lo que vemos y escuchamos es real, a mí, personalmente no sólo me cuesta, me petrifica; hablo de querer ser auténtico de verdad, siendo coherente con tus propios pensamientos, tus sentimientos y tomar decisiones que únicamente de definan y respeten a ti mismo y a los demás. Esa lucha por conseguirla se acentúa aún mucho más por el nivel de exigencia al que estamos sometidos de manera continuada, laboral y socialmente, física y emocionalmente, lo que supone tener un margen de error minúsculo, con unas consecuencias desorbitadas. Son tan elevadas las expectativas que generamos y es tal el nivel que se pretende alcanzar que supera el límite que nos permitimos para ser uno mismo. Y con esto, en un mundo actual tan conectado, lo único que conseguimos es estar cada vez más desconectados y perder cada vez más nuestra propia identidad. Estamos deshumanizando nuestra propia conciencia, ¿eso es lo que realmente queremos? ¿O quizá simplemente estamos siendo testigos de un cambio de civilización?