Tiki taka

10 dic 2022 / 16:00 H.
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La semana que finaliza nos deja la agradable noticia de la llegada de las deseadas lluvias otoñales que empapan nuestras sedientas tierras y promueven la viabilidad del cultivo del olivar para la campaña que viene. En esta, la cosa se presenta difícil y hasta la sorprendente, por escasa, estimación de aforo en la provincia de Jaén de 200.000 toneladas, pinta inalcanzable. La producción se ve frenada a nivel mundial y el oro líquido cotiza ya a más de 5.000 euros la tonelada, lo que arrastrará el precio de la garrafa de cinco litros a los 30 euros. Será difícil competir en las cocinas con otras grasas más económicas, si bien en las mesas el aove de cosecha temprana se abre paso como producto gourmet saludable.

Esta semana nos deja también la buena noticia de que se empieza a controlar la inflación que tanto daño hace a la economía. Cerraremos 2022 con un IPC en torno al 6,5% muy cercano a la inflación subyacente, como mejor efecto del latigazo que la energía ha provocado en nuestros precios. De controlarse este índice podríamos rechazar la posibilidad de entrar en recesión que hasta hace unos meses parecía un escenario inevitable y con graves efectos en el empleo.

Pero la mejor noticia para nuestra provincia, tanto o más que la lluvia y el control de la inflación, ha sido el anuncio por parte del Gobierno de España de la instalación en la capital del Cedetex, Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación del Ministerio de Defensa. El proyecto cuenta con una inversión de 220 millones de euros financiados con el Plan de Recuperación de los Fondos Europeos. Al margen de la escasa seguridad jurídica de la promesa, no depender de administraciones enfrentadas nos da algo de certidumbre. Estamos cansados de ver como unos y otros se pasan la pelota defendiendo el empate como mejor resultado. Parece lógico pensar que esta iniciativa viene a compensar el dedazo que desvió la designación del Colce y que tuvo respuesta en una sociedad hastiada. Ese movimiento ciudadano de rebeldía es el mejor instrumento que rompe con tendencias que nos empobrecen y que responden a una política territorial en la que parece que mandan los que menos aman este país. Gracias a este impulso ciudadano se presiona, a unos y otros, y se consigue el Cedetex, el replanteamiento de un paupérrimo presupuesto para la Universidad o la promesa de una ciudad sanitaria, en definitiva, una apuesta coordinada, sin enfrentamientos ni polarizaciones, entre sociedad y gobernantes para evitar esa divergencia con el resto de las provincias.

La mala noticia de la semana ha sido la eliminación de la selección española de fútbol del Mundial de Catar. La técnica de juego que tanto enamoró nos apea a la primera de cambio, con un sentimiento ridículo de superioridad sin resultados, que al igual que en algunas facetas de la gestión pública, no viene más que a maquillar lo que realmente tenemos. No hay más cera que la que arde. Con la excepción, a modo de homenaje, del capitán de este equipo, un grande del fútbol de España, y que no es otro que Sergio Busquets, un descendiente de emigrantes jiennenses, (su abuelo materno, Juan Burgos, de la Estación de Linares-Baeza que tuvo que coger las maletas y generar riqueza en otros lares). Él ha sido un ejemplo de calidad, trabajo y discreción. Un deportista virgen extra.

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