Surgió el amor en Santorini

    23 feb 2023 / 17:35 H.
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    Los hijos lo apremiaron para que se reconciliara con la madre. La primera vez, invocando a todos los diablos de su particular devoción, los echó de casa con cajas destempladas. Huyeron con el rabo entre las piernas. La segunda vez los echó, pero con menos fuerza. Entonces demandaron la colaboración de la esposa. Rosalinda se hizo ver desde lejos, muy erguida, a contraluz, con el vestido fucsia, dando pasitos cortos de caballo peruano, los muslos apretados y bailando los senos a ritmo caribeño. La alucinación obnubiló al marido. La tercera vez el señor Ramírez aceptó el regalo que los hijos le traían por oferta “Tratándose de un crucero por las islas griegas, la verdad, yo no puedo desairar a Homero” No pensaba en la Iliada, sino el paso corto del caballo peruano. Se saludaron con amabilidad en el embarque. En Santorini surgió el amor. Rodríguez se quedó a vivir con la hermosa viuda de un carabinieri, que vivía sola desde que sus hijos se casaron y marcharon a Roma. Rosalinda conoció a un peluquero amanerado, pero de mucha clase, que se mantuvo soltero hasta el advenimiento de la española. Las dos parejas se veían el tercer jueves de cada mes a contemplar el atardecer desde la isla.

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